sábado, 23 de enero de 2010

miércoles, 2 de diciembre de 2009

FIESTA DE LA DORMICIÓN


Así se denominaba en la liturgia bizantina, lo que el papa Pío XII en 1950 elevó a categoría de dogma universal de la iglesia católica: La Asunción de la virgen maría, cuya fiesta tiene lugar el 15 de agosto (DS 3903).

El Concilio Vaticano II en su constitución sobre la iglesia dice: “La Virgen inmaculada…; terminado el curso de la vida terrenal, en alma y cuerpo fue asunta a la gloria celestial y enaltecida por el Señor como Reino del Universo, para que se asemejara más plenamente a su Hijo, Señor de los que dominan y vencedor del pecado y de la muerte” (LG59).

Pienso que la razón última de este dogma, es situar a María en un rango de igualdad con Jesús, que se deduce de las palabras textuales: “para que se asemejara más plenamente a su Hijo”. Y así poder en alguna manera fundamentar el culto que se le tributa, en contra de los mandamientos de Dios (Éxodo 20:4,5).

En ninguna parte de la Palabra de Dios se lee que María “terminado el curso de la vida terrenal, en alma y cuerpo fue asunta a la gloria celestial”.

La palabra de Dios nos dice: “Cristo ha resucitado de entre los muertos como primicias de los que mueren. Porque como por un hombre (Adán) vino la muerte, también por un hombre (Jesús) vino la resurrección de los muertos…Pero cada uno a su tiempo: el primero Cristo; luego, los de Cristo, cuando Él venga” (1 Corintios 15:20-23) (Traducción Católica Nácar-Colunga).

Aquí la Palabra nos habla de “cada uno a su tiempo”, el primero Cristo, de lo cual la Biblia habla claramente; “luego, los de Cristo cuando Él venga”; pero atención la Palabra de Dios no nos dice que se hizo una excepción con la virgen María, como definió el papa PIO XII. Este dogma contradice lo que la Biblia afirma, que el primero en la resurrección fue Cristo y luego en su venida resucitaran todos los que le aceptaron como su único y perfecto Salvador, incluyendo a María, la sierva del Señor como ella se presento ante Dios. Nunca como Reina del Universo como nos la presenta Roma.

¿María Reina del Universo?

El usar la Palabra de dios para dar un titulo tan pomposo a una criatura como Reina del Universo, es desconocer el fin primordial de las Escrituras:

Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre. (Juan 20:31)

La Biblia pone como centro a Cristo, el Hijo de Dios viviente, para que el hombre deposite en Él la fe y tenga vida eterna. Pues solo Jesús es el autor de la fe y de la vida eterna en el hombre.

El apóstol Pablo dice de Jesús:

“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:9-11).

El mismo apóstol Pablo escribe a Timoteo y le dice:

“La cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno” (1 Timoteo 6:15,16).

Para nada le habla de una “Reina del Universo”, antes bien la excluye al admitir un “solo Soberano”. Pablo en esta misma carta dice a su amigo Timoteo:

“Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo” (1 Timoteo 6:13,14).

Y además le dice:

“Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras…(1 Timoteo 6:3,4).

¿Qué razón nos da el papa para que le creamos a él y no al apóstol Pablo? ¿Por qué se empeña el papa en que no guardemos el sabio consejo, que Pablo da a su amigo Timoteo, de guardar la Palabra de Dios sin mácula y reprensión? ¿Por qué quiere el papa que maculemos la Palabra de Dios con su Inmaculada como Reina del Universo?

Si hacemos caso al papa, en aquello que la Palabra de Dios no admite, seremos cómplices de sus envanecimientos y delirios sobre cosas que nada sabe el hombre.

“Ut plenius conformaretur Filio suo”
Para que se asemejara más plenamente a su Hijo

Tan raro como le puede sonar esta frase en latín, así de raro le resultara su traducción en el contexto de la Palabra de Dios. La Biblia no dice que una determinada persona, como es la llamada virgen María se asemejara más plenamente a Cristo, sino que:

“Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos” (Galatas 3:26,27).

La Biblia para nada habla de un adelanto de las promesas de Dios en María, como las que estas reservadas para ser manifestadas en todos los creyentes que esperamos la venida de nuestro Señor Jesucristo:

“El cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya” (Filipenses 3:21).

La Palabra de Dios vincula siempre esa manifestación de semejanza, con la venida de Cristo, así podemos leer:

“Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es” (1 Juan 3:2).

“Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Colosenses 3:4).

¿Por qué razón vamos a renunciar a esta esperanza viva en la venida de Jesús, nuestra vida y nuestra gloria, para dar gloria al delirio de grandeza del papa sobre María sin fundamento Bíblico alguno?
No celebramos la fiesta de la dormición, NO, sino la fiesta de la pronta venida del Señor único Salvador y Redentor Jesús.

Sergio Calero
Pastor

miércoles, 15 de abril de 2009

OCUPANDONOS EN LOS INTERESES DEL SEÑOR


La palabra de Dios nos enseña que sucede cuando abandonamos su casa y le damos primer lugar a nuestros propios intereses. Está todo instruido en el libro de Hageo.
El mensaje de Hageo contenía el correctivo necesario para curar esta condición. Cuando Hageo profetizó, Dios había sacado a su gente de Babilonia y los había guiado de regreso a Jerusalén para reconstruir su casa. El Señor deseaba una “iglesia candelabro, “donde pudiese manifestar visiblemente su presencia entre su gente.
Quería que la nación vea transformadas las vidas de los Israelitas y una tierra llena de su bendición y su gloria. Así que le ordenó a Israel:
“Enfócate en mi iglesia, esa es tu primer misión. Si eres fiel en cuidar de mi casa, yo cuidaré de la tuya.”
La gente comenzó haciendo lo que el Señor les instruyó, comenzando a reconstruir su templo. Pero después de un tiempo, dijeron:
“El tiempo no ha llegado, el tiempo que la casa del Señor debe ser construida” (Hageo 1:2). La interpretación aquí es, “No tenemos tiempo para hacer ese trabajo. Estamos muy ocupados.” En realidad, se consumieron en construir sus propias casas finas y negocios.
¿Cuál fue la respuesta del Señor? Les dijo a través de Hageo:
¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta? (Hageo 1:4)
“Mi casa [se encuentra] disipada, y todo hombre corre hacia su propia casa. Pero están tan ocupados construyendo sus propias casas que han abandonado la mía. Las preocupaciones de Jesús ya no son su enfoque. Están consumidos por sus propios intereses.”
Creyente, pregúntate: ¿eres culpable de la misma deshonra? ¿Tienes la energía para correr a todas partes a atender tus propias preocupaciones—tus hijos, tu familia, tu entretenimiento—pero no tienes energía para los intereses del Señor? ¿Tienes tiempo para tu propia casa, pero solo unas horas el domingo por la noche para la casa del Señor? ¿Haces tiempo para ir de compras o ver la TV, pero tienes poco o ningún tiempo para la oración
Ahora Dios dice a través de Hageo: “Déjame enseñarte lo que les sucede a aquellos que abandonan mi casa y que “corren hacia su propia casa”: El profeta declaró:
Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos. Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová.
Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos. (Hageo 1:6-11)
Hageo estaba diciendo: “Se esforzarán y esforzarán, pero no progresarán. Todo el dinero que hagan desaparecerá. A pesar de todo tu trabajo duro y tu esfuerzo, no tendrás suficiente.”
Ahora pregúntate: ¿está Dios “soplando” en tus finanzas? ¿Te preguntas porque trabajas tan duro pero todavía sigues quedándote atrás? ¿Encuentras curioso el que no encuentres satisfacción en lo que adquieres? Hageo nos dice por que todo esto esta ocurriendo “¿Por qué? Dice el Señor de loe Ejércitos: Porque de mi casa que es [abandonada]” (1:9)
Los creyentes en los tiempos de Hageo pudiesen haber tenido suficiente. Podían haberse regocijado en las bendiciones de su propia casa, bendiciones provistas por un Dios amoroso. Ciertamente, el Señor les dijo, “Todo este tiempo, les pude haber bendecido sus pasos, trayendo cosechas en las tierras y frutos en las viñas, bendiciendo sus hogares y sus familias. Pero como estaban tan consumidos por sus propios intereses, y abandonando mis preocupaciones, he causado que en sus vidas haya insuficiencia.” Así, que leemos:
Os herí con viento solano, con tizoncillo y con granizo en toda obra de vuestras manos; mas no os convertisteis a mí, dice Jehová. (Hageo 2:17)
El Señor simplemente no aceptará estar en segundo lugar en ninguna de las vidas de su gente. Y a pesar del egoísmo y el abandono de Israel, el Señor no perdió la esperanza en ellos. Considera sus palabras a ellos a la altura de sus búsquedas egoístas:
Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová. (Hageo 1:13)
“Tengo un propósito para ti. Y los amo demasiado para dejarlos desencaminarse.”
Agraciadamente había un pequeño remanente en Israel que tenía la capacidad de ser conmovida por la palabra de Dios. La Escritura nos dice que Zorobabell, Josué el sumo sacerdote y todos los ancianos respondieron al mensaje de Hageo: “El Señor movió el espíritu de Zorobabel, el hijo de Salatiell, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué…y el espíritu de todo el remanente de gente; cuando fueron a hacer el trabajo del Señor de los ejércitos, su Dios’ (Hageo 1:14)
Aquí esta el resultado de su obediencia; ahora que la casa de Dios ocupaba el primer lugar en sus corazones, les prometió bendecirlos, y hasta le puso fecha a ello.
Meditad, pues, en vuestro corazón, desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento del templo de Jehová; meditad, pues, en vuestro corazón. (Hageo 2:18)
Hageo les dijo: Aunque no has visto una bendición fresca a primera instancia. Sin embargo estás en plenitud como nunca habías visto. Aún antes de verlo ocurrir, puedes ahora estar seguro: desde este día en adelante, el Señor te bendecirá.”
Así como la iglesia en los tiempos de Hageo, el Señor no se dará por vencido de una iglesia candelabro, aunque haya caído en el egoísmo y el abandono. Y el primer trabajo de tal cuerpo y sus pastores es el preguntarse; “¿Tengo el corazón dispuesto para escuchar la palabra del Señor para nosotros, sin importar cuan duro suene?”
Una vez que el remanente de Israel fue conmovido, y regresó a construir la casa de Dios, comenzaron a darle a Dios lo que merecía. Estaban dando el diezmo, sirviendo y ofreciendo sus servicios a cada trabajo que lo necesitaba. También comenzaron a adorar corporalmente una vez más, trayendo a sus familias de nuevo al respeto hacia la casa del Señor, y dejando de desamparar la asamblea de su cuerpo. Entonces, tres meses desde el día que fueron conmovidos y retornaron al plan de Dios, comenzaron a ver las bendiciones que el Señor les había profetizado.
Así, que querido santo ¿Puedes honestamente decir, “O, Dios, mi corazón está abierto. Por favor, Jesús, enséñame--¿tengo el celo que tenía por tu casa? ¿Tengo el gozo que una vez tenía en ti? ¿Tengo todavía el hambre de caminar en intimidad contigo? ¿O, tengo mis propias intenciones echando a un lado tus preocupaciones?
Déjale hablarte de sus preocupaciones. Y camina en las bendiciones que él ha prometido proveerte, a la misma vez que cumples con su casa.


DIOS TE BENDIGA
SERGIO CALERO
PASTOR