miércoles, 2 de diciembre de 2009

FIESTA DE LA DORMICIÓN


Así se denominaba en la liturgia bizantina, lo que el papa Pío XII en 1950 elevó a categoría de dogma universal de la iglesia católica: La Asunción de la virgen maría, cuya fiesta tiene lugar el 15 de agosto (DS 3903).

El Concilio Vaticano II en su constitución sobre la iglesia dice: “La Virgen inmaculada…; terminado el curso de la vida terrenal, en alma y cuerpo fue asunta a la gloria celestial y enaltecida por el Señor como Reino del Universo, para que se asemejara más plenamente a su Hijo, Señor de los que dominan y vencedor del pecado y de la muerte” (LG59).

Pienso que la razón última de este dogma, es situar a María en un rango de igualdad con Jesús, que se deduce de las palabras textuales: “para que se asemejara más plenamente a su Hijo”. Y así poder en alguna manera fundamentar el culto que se le tributa, en contra de los mandamientos de Dios (Éxodo 20:4,5).

En ninguna parte de la Palabra de Dios se lee que María “terminado el curso de la vida terrenal, en alma y cuerpo fue asunta a la gloria celestial”.

La palabra de Dios nos dice: “Cristo ha resucitado de entre los muertos como primicias de los que mueren. Porque como por un hombre (Adán) vino la muerte, también por un hombre (Jesús) vino la resurrección de los muertos…Pero cada uno a su tiempo: el primero Cristo; luego, los de Cristo, cuando Él venga” (1 Corintios 15:20-23) (Traducción Católica Nácar-Colunga).

Aquí la Palabra nos habla de “cada uno a su tiempo”, el primero Cristo, de lo cual la Biblia habla claramente; “luego, los de Cristo cuando Él venga”; pero atención la Palabra de Dios no nos dice que se hizo una excepción con la virgen María, como definió el papa PIO XII. Este dogma contradice lo que la Biblia afirma, que el primero en la resurrección fue Cristo y luego en su venida resucitaran todos los que le aceptaron como su único y perfecto Salvador, incluyendo a María, la sierva del Señor como ella se presento ante Dios. Nunca como Reina del Universo como nos la presenta Roma.

¿María Reina del Universo?

El usar la Palabra de dios para dar un titulo tan pomposo a una criatura como Reina del Universo, es desconocer el fin primordial de las Escrituras:

Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre. (Juan 20:31)

La Biblia pone como centro a Cristo, el Hijo de Dios viviente, para que el hombre deposite en Él la fe y tenga vida eterna. Pues solo Jesús es el autor de la fe y de la vida eterna en el hombre.

El apóstol Pablo dice de Jesús:

“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:9-11).

El mismo apóstol Pablo escribe a Timoteo y le dice:

“La cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno” (1 Timoteo 6:15,16).

Para nada le habla de una “Reina del Universo”, antes bien la excluye al admitir un “solo Soberano”. Pablo en esta misma carta dice a su amigo Timoteo:

“Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo” (1 Timoteo 6:13,14).

Y además le dice:

“Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras…(1 Timoteo 6:3,4).

¿Qué razón nos da el papa para que le creamos a él y no al apóstol Pablo? ¿Por qué se empeña el papa en que no guardemos el sabio consejo, que Pablo da a su amigo Timoteo, de guardar la Palabra de Dios sin mácula y reprensión? ¿Por qué quiere el papa que maculemos la Palabra de Dios con su Inmaculada como Reina del Universo?

Si hacemos caso al papa, en aquello que la Palabra de Dios no admite, seremos cómplices de sus envanecimientos y delirios sobre cosas que nada sabe el hombre.

“Ut plenius conformaretur Filio suo”
Para que se asemejara más plenamente a su Hijo

Tan raro como le puede sonar esta frase en latín, así de raro le resultara su traducción en el contexto de la Palabra de Dios. La Biblia no dice que una determinada persona, como es la llamada virgen María se asemejara más plenamente a Cristo, sino que:

“Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos” (Galatas 3:26,27).

La Biblia para nada habla de un adelanto de las promesas de Dios en María, como las que estas reservadas para ser manifestadas en todos los creyentes que esperamos la venida de nuestro Señor Jesucristo:

“El cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya” (Filipenses 3:21).

La Palabra de Dios vincula siempre esa manifestación de semejanza, con la venida de Cristo, así podemos leer:

“Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es” (1 Juan 3:2).

“Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Colosenses 3:4).

¿Por qué razón vamos a renunciar a esta esperanza viva en la venida de Jesús, nuestra vida y nuestra gloria, para dar gloria al delirio de grandeza del papa sobre María sin fundamento Bíblico alguno?
No celebramos la fiesta de la dormición, NO, sino la fiesta de la pronta venida del Señor único Salvador y Redentor Jesús.

Sergio Calero
Pastor

miércoles, 15 de abril de 2009

OCUPANDONOS EN LOS INTERESES DEL SEÑOR


La palabra de Dios nos enseña que sucede cuando abandonamos su casa y le damos primer lugar a nuestros propios intereses. Está todo instruido en el libro de Hageo.
El mensaje de Hageo contenía el correctivo necesario para curar esta condición. Cuando Hageo profetizó, Dios había sacado a su gente de Babilonia y los había guiado de regreso a Jerusalén para reconstruir su casa. El Señor deseaba una “iglesia candelabro, “donde pudiese manifestar visiblemente su presencia entre su gente.
Quería que la nación vea transformadas las vidas de los Israelitas y una tierra llena de su bendición y su gloria. Así que le ordenó a Israel:
“Enfócate en mi iglesia, esa es tu primer misión. Si eres fiel en cuidar de mi casa, yo cuidaré de la tuya.”
La gente comenzó haciendo lo que el Señor les instruyó, comenzando a reconstruir su templo. Pero después de un tiempo, dijeron:
“El tiempo no ha llegado, el tiempo que la casa del Señor debe ser construida” (Hageo 1:2). La interpretación aquí es, “No tenemos tiempo para hacer ese trabajo. Estamos muy ocupados.” En realidad, se consumieron en construir sus propias casas finas y negocios.
¿Cuál fue la respuesta del Señor? Les dijo a través de Hageo:
¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta? (Hageo 1:4)
“Mi casa [se encuentra] disipada, y todo hombre corre hacia su propia casa. Pero están tan ocupados construyendo sus propias casas que han abandonado la mía. Las preocupaciones de Jesús ya no son su enfoque. Están consumidos por sus propios intereses.”
Creyente, pregúntate: ¿eres culpable de la misma deshonra? ¿Tienes la energía para correr a todas partes a atender tus propias preocupaciones—tus hijos, tu familia, tu entretenimiento—pero no tienes energía para los intereses del Señor? ¿Tienes tiempo para tu propia casa, pero solo unas horas el domingo por la noche para la casa del Señor? ¿Haces tiempo para ir de compras o ver la TV, pero tienes poco o ningún tiempo para la oración
Ahora Dios dice a través de Hageo: “Déjame enseñarte lo que les sucede a aquellos que abandonan mi casa y que “corren hacia su propia casa”: El profeta declaró:
Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos. Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová.
Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos. (Hageo 1:6-11)
Hageo estaba diciendo: “Se esforzarán y esforzarán, pero no progresarán. Todo el dinero que hagan desaparecerá. A pesar de todo tu trabajo duro y tu esfuerzo, no tendrás suficiente.”
Ahora pregúntate: ¿está Dios “soplando” en tus finanzas? ¿Te preguntas porque trabajas tan duro pero todavía sigues quedándote atrás? ¿Encuentras curioso el que no encuentres satisfacción en lo que adquieres? Hageo nos dice por que todo esto esta ocurriendo “¿Por qué? Dice el Señor de loe Ejércitos: Porque de mi casa que es [abandonada]” (1:9)
Los creyentes en los tiempos de Hageo pudiesen haber tenido suficiente. Podían haberse regocijado en las bendiciones de su propia casa, bendiciones provistas por un Dios amoroso. Ciertamente, el Señor les dijo, “Todo este tiempo, les pude haber bendecido sus pasos, trayendo cosechas en las tierras y frutos en las viñas, bendiciendo sus hogares y sus familias. Pero como estaban tan consumidos por sus propios intereses, y abandonando mis preocupaciones, he causado que en sus vidas haya insuficiencia.” Así, que leemos:
Os herí con viento solano, con tizoncillo y con granizo en toda obra de vuestras manos; mas no os convertisteis a mí, dice Jehová. (Hageo 2:17)
El Señor simplemente no aceptará estar en segundo lugar en ninguna de las vidas de su gente. Y a pesar del egoísmo y el abandono de Israel, el Señor no perdió la esperanza en ellos. Considera sus palabras a ellos a la altura de sus búsquedas egoístas:
Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová. (Hageo 1:13)
“Tengo un propósito para ti. Y los amo demasiado para dejarlos desencaminarse.”
Agraciadamente había un pequeño remanente en Israel que tenía la capacidad de ser conmovida por la palabra de Dios. La Escritura nos dice que Zorobabell, Josué el sumo sacerdote y todos los ancianos respondieron al mensaje de Hageo: “El Señor movió el espíritu de Zorobabel, el hijo de Salatiell, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué…y el espíritu de todo el remanente de gente; cuando fueron a hacer el trabajo del Señor de los ejércitos, su Dios’ (Hageo 1:14)
Aquí esta el resultado de su obediencia; ahora que la casa de Dios ocupaba el primer lugar en sus corazones, les prometió bendecirlos, y hasta le puso fecha a ello.
Meditad, pues, en vuestro corazón, desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento del templo de Jehová; meditad, pues, en vuestro corazón. (Hageo 2:18)
Hageo les dijo: Aunque no has visto una bendición fresca a primera instancia. Sin embargo estás en plenitud como nunca habías visto. Aún antes de verlo ocurrir, puedes ahora estar seguro: desde este día en adelante, el Señor te bendecirá.”
Así como la iglesia en los tiempos de Hageo, el Señor no se dará por vencido de una iglesia candelabro, aunque haya caído en el egoísmo y el abandono. Y el primer trabajo de tal cuerpo y sus pastores es el preguntarse; “¿Tengo el corazón dispuesto para escuchar la palabra del Señor para nosotros, sin importar cuan duro suene?”
Una vez que el remanente de Israel fue conmovido, y regresó a construir la casa de Dios, comenzaron a darle a Dios lo que merecía. Estaban dando el diezmo, sirviendo y ofreciendo sus servicios a cada trabajo que lo necesitaba. También comenzaron a adorar corporalmente una vez más, trayendo a sus familias de nuevo al respeto hacia la casa del Señor, y dejando de desamparar la asamblea de su cuerpo. Entonces, tres meses desde el día que fueron conmovidos y retornaron al plan de Dios, comenzaron a ver las bendiciones que el Señor les había profetizado.
Así, que querido santo ¿Puedes honestamente decir, “O, Dios, mi corazón está abierto. Por favor, Jesús, enséñame--¿tengo el celo que tenía por tu casa? ¿Tengo el gozo que una vez tenía en ti? ¿Tengo todavía el hambre de caminar en intimidad contigo? ¿O, tengo mis propias intenciones echando a un lado tus preocupaciones?
Déjale hablarte de sus preocupaciones. Y camina en las bendiciones que él ha prometido proveerte, a la misma vez que cumples con su casa.


DIOS TE BENDIGA
SERGIO CALERO
PASTOR

miércoles, 18 de marzo de 2009

EL DIOS DE LOS CIELOS NOS PROSPERARA


“El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos” (Nehemías 2:20)

Cuando Nehemías pudo observar los muros de Jerusalén pronuncio estas palabras.
Palabras de fe e intención de edificar. Palabras que nos atañen a todos nosotros como iglesia.

Nehemias era copero en la corte del rey Artajerjes. Cierto día le informaron sobre la situación de Jerusalén. El muro estaba derribado y las puertas quemadas.

Se entristeció profundamente por estos hechos lamentables y entonces reconoce la culpa por esta devastación. Ayunando y orando pone el asunto en manos del Señor. Dejando a un lado todas las preguntas del porque, le sigue esta corta frase:

Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos. (Nehemías 1:4)

“Ore delante del Dios de los cielos” y su oración fue escuchada. El rey le deja ir para que pueda ver con sus propios ojos a Jerusalén. La situación no era mejor de lo que esperaba. A los pocos hombres que están con el, les dice:

Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio. (Nehemias 2:17)

Como siempre sucede también aquí, la oposición aparece. Burlas y menosprecio son su parte. ¿Qué vais a hacer vosotros ahora? Entonces de los labios de Nehemías sale esta confesión:

“El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos” (Nehemías 2:20)

¡Que testimonio! A pesar de la difícil situación, confía plenamente en Dios.
En esta nuestra generación, o en este nuestro tiempo, muchos saben lamentarse de la situación de nuestro país y en especial de la iglesia.
¿Pero hay confianza en Dios? El va hacer prosperar la restauración. ¿Y nosotros? ¡Vamos a prepararnos y edificar! ¿O ya hace tiempo que hemos abandonado?

Eso nos coloca ante una pregunta muy personal: ¿Creo que Dios nos hará prosperar? ¿En la iglesia? ¿Pero también en la vida personal? Lo desastroso de tu vida puede ser cambiado por El. Incluso eso lo ha prometido Jesús mismo: “Yo estoy con vosotros todos los días”.

Con vosotros como congregación e iglesia. Pero también contigo personalmente. Ya que ha hecho un pacto eterno contigo. Es llamativo que Nehemías aboga por el pacto de Dios. Eso lo vemos en el Capítulo 1. Cuando Nehemías ha reconocido la culpa, hace también una apelación a las promesas de Dios.

Así también puede ser nuestra oración ante un nuevo desafió. Y eso puede ser confianza. Nuestra constante apelación a las promesas de Dios, que son firmes y seguras. Tras la expresión de confianza Nehemías pone manos a una obra casi imposible. Con la confianza de que el Dios de los cielos, El nos prosperara.

Las palabras de confianza de Nehemías están dirigidas a los adversarios. En el servicio del Reino hay oposición de Satanás. Este utilizara todas sus argucias para que tú desfallezcas y no te atrevas a edificar.

Por eso esta palabra de aliento y de llamada a edificar sobre el fundamento. Esto no es otro que el sacrificio de Cristo. El crucificado por mis pecados. El fundamente es bueno y el Todopoderoso, Omnipotentísimo mismo lleva a cabo su proyecto. ¿No es maravilloso poder edificar en su servicio de un modo tan relajado?

Dios te bendiga
Sergio Calero
Pastor

jueves, 22 de enero de 2009

¿VENERAR A LA VIRGEN MARÍA?


¿VENERAR A LA VIRGEN MARÍA?

Los muchos que dicen ser entendidos, se empeñan en demostrar con sus muchos dichos y hechos que lo dicho por María y narrado en la Santa Biblia, no es verdad.

Deberíamos escuchar lo que dice María misma:
Entonces María dijo:
Engrandece mi alma al Señor;
Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. (Lucas 1:46,47)

Tanto los papas como los obispos, dicen que María fue concebida sin pecado, por eso la imanan inmaculada, sin mancha y por tanto, no necesita de un salvador. ¿Cuál es la función de un salvador? Sencillamente es librarnos (rescatarnos) de nuestras deudas (pecados).

María se regocija en su Salvador, como lo podemos hacer cualquiera de nosotros, porque no sabemos pecadores y necesitados de ese Salvador.

¿A quien hacemos caso: a María que se siente como toda criatura, pecadora y necesitada del Salvador; o a los papas y obispos que llaman a María sin mancha y corredentora (cosalvadora) con Cristo?

Elizabeth, prima de María y llena del Espíritu Santo la llama bienaventurada, no por sus cualidades sino por su fe:

Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor. (Lucas 1:45)

Una vez más aquellos que se llaman entendidos se oponen al Espíritu Santo, al afirmar que la bienaventuranza de Maria se debe a su virginidad, a su inocencia y a sus virtudes (llena de virtudes). El Espíritu dice, es bienaventurada porque creyó.

El mensajero de Dios, el ángel Gabriel, enviado a Maria le dice:

Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. (Lucas 1:30)

Dios es justo, y Maria ha hallado gracia delante de El. Si es por gracia no es por sus virtudes y meritos, sino ya no seria gracia, sino justicia que Dios hacia a Maria por sus virtudes. Pero a pesar de que son muchos los que esto dicen de Maria, haciéndola merecedora de todas las gracias y madre de todos los cristianos, la palabra de Dios no da tales meritos a Maria, sino que, lo que ha sido, lo ha sido por gracia, gratuitamente, por la libre misericordia de Dios.

La actitud mariologica intenta hacer resaltar el papel de la criatura, Maria, y a la vez su propia y sencilla nulidad. De ahí que exclame con humildad:

Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre, (Lucas 1:49)

Y esa misericordia es la promesa para con Abraham y su descendencia para siempre:

De la cual habló a nuestros padres,
Para con Abraham y su descendencia para siempre. (Lucas 1:55)

Maria no se ve como algo especial dentro de la descendencia de Abraham, sino como la verificación de la misericordia de Dios con esa descendencia de Abraham, y que ahora como entonces es valido:

Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. (Génesis 15:6)

Otro aspecto de la confusión que siembran los seguidores de esta doctrina en contra de lo escrito en la Biblia es el gran énfasis que da a la virginidad de Maria, mas una costumbre pagana que una norma Bíblica.

Y a esta costumbre pagana se han esclavizado cientos de miles de hombres y mujeres de todos los tiempos y naciones.
Maria no tenía como meta de su vida el estado de virginidad, ya que ella estaba desposada con un varón.

A una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. (Lucas 1:27)

Y si la Biblia hace notar que esa joven era aun virgen, no es para ensalzar la virginidad, sino el poder de Dios:

Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. (Lucas 1:35)

Pero sus adoradores parecen olvidar el pode de Dios y al Hijo, y ensalza a la virgen y a la virginidad como factor decisorio y meritorio de la obra misericordiosa de Dios.
El Ángel mismo le recuerda a Maria:

Porque nada hay imposible para Dios. (Lucas 1:37)

Jesús dice:

Y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. (Mateo 3:9)

¡Como si Dios necesitase de la virginidad o del bien obrar del hombre para hacer su obra!
Pero el hombre con su sutileza engañosa valora la virginidad, la virtud de la criatura (del hombre o de la mujer), porque así se auto valora a si mismo ante Dios.
El hombre inventa todos los subterfugios imaginables antes de aceptar que Dios dice:

Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. (Isais 57:15)

Quebrantamiento y humildad de espíritu es la situación que Dios pide al hombre para habitar con él. En esa situación se encontraba María, quebrantada y humilde de Espíritu. Así la presenta la escritura. Pero sus seguidores y fieles se empeñan en contradecir las Escrituras y nos la presentan levantada sobre su virginidad, desafiante como inmaculada, firme como corredentora y medianera de todas las gracias, y si esto fuese poco, la llaman madre Universal.

Ante este figura no bíblica un papa se postraba para decir: “Aotus Tuus” (todo tuyo).
Si Dios pide en sus mandamientos:

Y amarás a Jehová tú Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. (Deuteronomio 6:5)

Yo me pregunto ¿Qué le queda a un hombre cuyo lema es “Aotus tuus” (todo tuyo) María para ofrecer a Dios? Nada le queda, porque todo lo ha dado a algo formado por se mente al margen de lo escrito en la Biblia sobre la quebrantada y humilde de Espíritu, la virgen desposada, Maria.

No hacemos justicia a esa virgen ni la apreciamos cuando decimos de ella lo que ha dicho el Espíritu, ni cuando menguamos con su encumbramiento la gran misericordia y el amor del Padre y del Hijo. ¿Ha dado Jesús el puesto que se la da a María?
Jesús dice:

Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. (Juan 8:36)

Sus seguidores dicen: “María es nuestro auxilio”

Jesús dice:

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. (Juan 15:5)

Y agrega Jesús: “Nadie viene al Padre, sino por Mi” (Juan 14:6)

Y además:

Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar.
Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar.
Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?
Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.
Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre. (Mateo 12:46-50)

¿De donde pues ese titulo de Madre Universal que sus seguidores dan a Maria? Esa no es la Maria de las Escrituras, la virgen desposada de Nazaret. Según las palabras de Jesús, la maternidad de Maria nada tiene que ver con la salvación de los hijos de Dios. Otra es la causa de esa salvación y filiación, la voluntad de Dios:

Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. (Juan 1:13)

Si somos fieles a la Palabra de Dios no tiene que sorprendernos la respuesta de Jesús sobre Maria, antes bien la comprendemos en su justa dimensión. Ya que según esta escrito:

Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. (1Corintios 15:50)

Y tampoco da derecho a ningún titulo sobre los hijos de Dios.
En la carta a los Galatas se nos advierte:

Más si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. (Galatas 1:8)

Y además:

No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. (Galatas 1:7)

Siendo humildes y a la vez sinceros solo nos queda aplicar, lo dicho en la carta a los Galatas. A la actitud de aquellos que sostienen esas doctrinas no bíblicas sobre la virgen María: “Están pervirtiendo el Evangelio de Cristo”.

Miremos con imparcialidad y sin ningún tipo de fanatismo, lo que la Biblia dice sobre “La virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David, y el nombre de la virgen era María. (Lucas 1:27)
Hemos visto lo que el Ángel Gabriel dice de María, lo que dice el Espíritu Santo por boca de Elizabeth, lo que dice el mismo Jesús; y como se ve Maria misma ante Dios, su Salvador.

Nadie puede contradecir estos testimonios sin mentir, por muy buena reputación que tenga o por muy santidad que le llamen…

“Me resulta lamentable encontrarme en mi país con imágenes o inscripciones exhortándonos a una veneración no Bíblica a María.”

No es mi intención ofender a nadie con lo dicho, deseo simplemente llamar la atención de muchos una vez más con imparcialidad lo que la Biblia dice sobre María.

Dios les bendiga.
Sergio Calero
Pastor
http://www.iglesiaelresplandor.org/


lunes, 5 de enero de 2009

¡SER PLENOS Y FELICES HOY!







Dios escogió a un pueblo para él, no era pueblo especial o diferente o más lúcido que el resto de los pueblos, lo eligió sólo para que él pudiera ser Dios para ellos:

No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; (Deuteronomio 7:7)
Luego Dios dice:

"Y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios" (Éxodo 6:7).
Dios les indica que van a ser su pueblo y él será su Dios.

Dios se reveló y manifestó a sí mismo a su pueblo vez tras vez. Envió ángeles. Les habló audiblemente. Cumplió cada promesa con grandiosa liberación. Pero después de cuarenta años de milagros, señales y maravillas y prodigios la evaluación de Dios de su pueblo fue: "¡Ustedes no me conocen!” “Ni conocen mis caminos!"

Dios había buscado un pueblo que le permitiera ser Dios para ellos y realmente lograra conocerle en todo su poder y gloria.
Así que Dios realizó la obra de liberación del pueblo judío con milagros extraordinarios: Él abrió el Mar Rojo y ahogó a todos sus enemigos egipcios. Sacó agua de una roca y comida del cielo. Cubrió al pueblo de día con una nube y fuego de noche. Derrumbó grandes reyes y reinos por amor de su pueblo.

Entonces los llevó a Canaán para poseer casas que ellos no construyeron, viñas que ellos no plantaron, industrias que ellos no desarrollaron. Les dio colmenas llenas de miel, rebaños que daban leche, y todo tipo de riqueza. El pueblo tomó posesión de todo esto. Todas las cosas fueron suyas no por propio mérito sino por la mano poderosa de Dios. Pero las evidencias de las Escrituras demuestran que, incluso después de todos los milagros asombrosos y las bendiciones que Dios les había dado, ¡aún no conocían a Dios!

"Cuarenta años estuve disgustado con la nación, y dije:

Pueblo es que divaga de corazón, y no han conocido mis caminos" (Salmo 95:10). Dios dijo "¡En todo esto ustedes nunca me han permitido realmente ser Dios! ¡En mis cuarenta años de querer enseñarles, ustedes todavía no me conocieron, todavía no saben cómo trabajo!"
¡Dios estaba mostrándoles señales y maravillas! A pesar de su rebelión Dios todavía estaba intentando expresarse a sí mismo a ellos, ¡intentando enseñarles quién era él!"

"Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras cuarenta años. A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, y dije: Siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos." (Hebreos 3:9-10).

Dios estaba diciendo, "Las mismas personas que tomé Yo, aquellos que han sido testigos de mi poder, y a quien he hablado más claro, después de todos estos años bajo mi cobertura, sus ojos y oídos no están abiertos. ¡Ellos ni siquiera me conocieron!"
Dios aún está buscando un pueblo que le permita ser Dios para ellos ¡al punto que le conozcan de verdad y aprendan sus caminos! Aun así pocos en la iglesia hoy le conocen de esta manera.
Somos como Israel: Todos hemos sido testigos de milagros. Hemos experimentado manifestaciones de su presencia. Hemos tenido oraciones contestadas, pecados perdonados. Hemos enseñado sobre Dios y le amamos con lo mejor de nuestro discernimiento. Pero, al final, Dios puede decir de sólo unos cuantos: "Ellos me conocen como Dios. ¡Ellos realmente saben y caminan en la revelación de mis caminos!"

La Escritura dice de Israel:

"Y volvían, y tentaban a Dios, y provocaban al Santo de Israel." (Salmo 78:41)

Israel se volvió de Dios a la incredulidad. E igualmente, ¡considero que limitamos a Dios hoy con nuestra duda e incredulidad!
Confiamos en Dios en la mayoría de las áreas de nuestras vidas pero nuestra fe siempre tiene límites. Tenemos por lo menos una pequeña área que cercamos, donde realmente no creemos que Dios va a ocuparse de nosotros.

Por ejemplo limitamos a Dios en el área de la sanidad. Oramos por la sanidad física de muchos, y hemos visto a Dios realizar milagro tras milagro, he visto como Dios sanó a Mariel de cinco cálculos en su vesícula, pero cuando se trata de nuestro propio cuerpo, limitamos a Dios. Tenemos temor de permitirle ser Dios para nosotros mismos. ¡nos llenamos con medicina o corremos a un doctor antes de orar por nuestra sanidad! No estoy diciendo que es malo ir al doctor, pero a veces encajamos en la descripción de aquellos que “no buscaron al Señor, sino a los médicos"

En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó a Jehová, sino a los médicos. (2 Crónicas 16:12)

Hacemos grandes oraciones y ayunos para que nuestra ciudad Temperley conozca la salvación de Cristo pero cuando se trata de la salvación de tu propia familia, no tienes ni una medida de fe, inmediatamente piensas: "Dios no debe querer hacer esto, mi ser amado es un caso duro. Dios no parece estar oyéndome en este propósito."

Si esto es verdad, ¡no estás viéndole como Dios! ¡Eres ignorante de sus caminos! El deseo de Dios es "hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros" (Efesios 3:20).

Dios nos dice en esta noche: ¿Cómo puedo sanarte cuando realmente no crees que lo haré? Tu duda me impide ser Dios para ti. ¡Te digo, no me conoces a menos que sepas que estoy más deseoso de dar que lo que tú quieres recibir!"
Israel murmuró continuamente, ¿Puede Dios?… Seguro, él hizo un camino para nosotros a través del Mar Rojo. Pero ¿puede acaso darnos en medio de este arenal pan?" Dios les dio pan, de hecho, extendió una mesa para ellos en el desierto. "Pero ¿puede darnos agua, en este sequedal?", preguntaron. Les dio agua de una Roca. "Pero ¿puede darnos carne en medio de la nada?" Les dio carne del cielo. "Pero ¿puede librarnos de estos poderosos enemigos?" Vez tras vez, Dios proveyó y liberó en cada área. Todavía el pueblo pasó cuarenta años diciendo: Acaso "¿Puede Dios? Realmente ¿Puede Dios?"

Iglesia debemos ya mismo estar diciendo: "¡Dios puede! ¡Dios puede!” ¡Él lo hizo y lo hará otra vez! Dios puede y hará todo lo que pidamos y creamos que puede hacer, amados levantemos la vos, agitemos las manos y digamos: “Dios lo hará”

Hay algo más para conocer a Dios que estar en su presencia: Los setenta ancianos de Israel comieron y bebieron en la misma presencia de Dios en la montaña. Pero el Señor dijo de ellos, "¡Ustedes nunca llegaron a conocerme!"

Los discípulos pasaron tres años en la presencia de Dios con Cristo quien era Dios en la carne. Se sentaron bajo su enseñanza y estaban con él noche y día. Pero, al final, lo desampararon y huyeron - ¡porque no conocían sus caminos!

Jesús dice que Dios no oye nuestras oraciones y alabanzas simplemente porque las proferimos una y otra vez, por horas a la vez. Es posible orar, ayunar y hacer cosas justas, y todavía no alcanzar el lugar dónde tenemos hambre de conocerle y empezar a entender sus caminos. No aprendemos sus caminos en el cuarto de oración solamente, aunque todos los que de verdad conocen al Señor están en intimidad con él.

Dios tiene tanto que quiere darte. Su deseo es "abrir las ventanas de los cielos, y derramar bendición hasta que sobreabunde" (Malaquías 3:10). Él está de pie en un almacén lleno, diciendo, "Soy un Dios dadivoso y amoroso, pero tan pocos reciben de mí. ¡No me permitirán ser Dios para ellos!"

Muchos cristianos están satisfechos con sentarse en la iglesia y ser bendecidos por la presencia de Dios. ¡Tales personas no son más que “esponjas satisfechas!” Empapan todo pero limitan a Dios en sus vidas, cuando él quiere ungirlos para el servicio.
No importa lo que hayas visto hasta ahora, o qué imagen gloriosa tu mente pueda tener, está muy lejos de lo que Dios quiere aún hacer en su pueblo. Cuándo los discípulos se maravillaron de los milagros de Cristo, Jesús contestó, "¡Dios tiene un trabajo aun mayor adelante para ustedes!"
La mayoría de nosotros somos como los discípulos. Vemos un milagro, y estamos satisfechos de hablar sobre él por el resto de nuestras vidas. Pero si nosotros realmente conocimos a Dios y le permitimos ser Dios para nosotros, le pediríamos mucho más:

Alcanzaríamos los lugares celestiales por fe, creyendo a Dios ¡Derrumbaríamos los principados y poderes, como Dios dijo!
Creeríamos que Dios nos ayudará a saturar nuestra ciudad con el evangelio de Jesús. Nos pararíamos en fe contra cada arma apuntada contra nosotros, y estaríamos derribando las fortalezas satánicas en nuestras familias e iglesias. Nuestra visión sería ilimitada. ¡Creeríamos a Dios por cosas aun mayores para su reino!

¿Todavía no conoces a Dios como él desea que lo conozcas? ¿No le has permitido todavía que sea Dios para ti? Puedes preguntarte entonces, ¿cómo puedes llegar a conocerle a él y sus caminos?
Aquellos que realmente conocen a Dios han aprendido a reconocer su voz sobre todas las otras. Él quiere que estés absolutamente convencido de que él desea hablar contigo ¡decirte cosas que nunca has visto u oído anteriormente!
El Señor vez tras vez les habla pero ustedes muchas veces dicen: "Éste no puede ser Dios”. Además, ¡el diablo puede hablar también! La carne habla, los espíritus mentirosos hablan. Una multitud de voces vienen a nosotros todo el tiempo. Y se preguntan: ¿Cómo puedo conocer la voz de Dios?"

Creo que se requieren tres cosas de aquéllos que oirían la voz de Dios:
Una confianza inquebrantable de que Dios está queriendo hablarte. Tienes que estar totalmente persuadido y convencido de que Dios quiere hablarte. De hecho, él es un Dios que habla y él quiere que conozcas su voz para que puedas hacer su voluntad. Lo que Dios te dice nunca irá más allá de los límites de la Palabra de Dios. Y no tienes que ser ordenado o tener un doctorado para entender su voz. Todo lo que necesitas es un corazón que diga, "¡Creo que Dios desea hablarme!"
Tiempo de calidad y quietud. Necesitas estar deseoso de encerrarte con Dios y permitir que todas las otras voces se callen. Su voz sólo ha venido después que apagues todas las otras voces menos la suya, hay que salir de ese estado de ansiedad permanente.

Pidiendo en fe. No obtenemos nada de Dios (incluso el oír su voz) a menos que creamos de verdad que él puede transmitir su palabra a nosotros ¡para capacitarnos a entender su voluntad perfecta!
Jesús dice:

"Si un hijo pidiera pan a cualquiera de ustedes que es padre, ¿le dará una piedra? O si le pide a un pez, ¿le dará una serpiente? O si le pide un huevo, ¿le ofrecerá un escorpión?" (Lucas 11:11-12).

En otras palabras: Si le pides una palabra a tu Padre celestial, una guía clara, una corrección, una necesidad particular, ¿piensas por un momento que él permitiría al diablo venir y engañarte?"
Por momentos acusamos a nuestro “Padre Celestial” de cruel, cuando no confiamos en él para darnos su voz. ¿Piensas que permitirá el Señor callar su voz y darle lugar a la de un impostor del infierno? Tu Padre que está en los cielos jamás permitirá eso. El Espíritu Santo te guiará a toda Verdad y sabrás discernir la voluntad de Dios.

Dios el “Padre” tiene un misterio, su Hijo Jesucristo. Y este misterio es revelado.
Aquí está cómo creo que Dios quiere que veamos a su Hijo:

"Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación" (Santiago 1:17).

¡Jesús fue un regalo! Dios envolvió todos sus recursos en Jesús "y dio a su Hijo unigénito…" Cristo es el regalo bueno y perfecto de Dios para nosotros, ¡descendió del Padre! ¿Ves a Jesús como el regalo perfecto de Dios para ti? ¿Lo ves como todo lo que necesitas para vivir alegremente, victoriosamente, honradamente, lleno de paz y descanso?

En el Antiguo Testamento, Dios le dio a Israel muchos regalos maravillosos en el desierto: Una nube para albergarlos del sol del desierto. Fuego para asegurarlos y guiarlos por la noche. Agua de una Roca. Una rama para sanar las aguas amargas. Una serpiente de bronce para sanar a los mordidos por las serpientes. ¡Pero todas estas cosas eran sólo sombras!
¿Quién era la Roca de la qué salió agua? ¿Quién era él fuego? ¿El maná? ¿La serpiente de bronce? ¡Todo lo que Dios hizo para Israel fue a través de Jesús! Eso es correcto ¡Jesús fue cada uno de esos regalos!

"Porque no quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron por el mar… y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de una roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo" (1 Corintios 10:1,4).

Hoy tenemos mucho más que la sombra. ¡Tenemos la sustancia real a Cristo mismo! ¡Y él vive en nosotros!
Pero, la mayoría de nosotros todavía somos como niñitos que miran al futuro por satisfacción. Pensamos en algún evento futuro, algún cambio en nuestras circunstancias que nos traerán paz y alegría. Decimos, "¡Sólo espera, mi día viene! ¡Lo mejor está por venir! ¡De algún modo, algún día, en alguna parte… no sé lo que está allá fuera para mí, pero viene!" ¡Somos como niños que esperan por la Navidad o el cumpleaños o el día de Reyes y pasamos contando los días!

"Como una sombra anda el hombre, ciertamente en vano se afana; acumula riquezas, y no sabe quién las recogerá… y ahora Señor, ¿qué espero?" (Salmo 39:6,7).

David clamó cuando todo parecía inútil: "Señor, ¿qué estoy esperando?"

Iglesia la pregunta es: ¿qué estás esperando? ¿Por qué no es este el mejor día de tu vida? ¿Por qué ‘ahora’ no puedes estar lleno y alegre? Yo te digo: ¡No hay nada 'por allá afuera' que ya no tengas en Jesús!"
Te pregunto: ¿qué estás esperando? "OH, por el Sr. Correcto", puedes contestar esa persona generosa que piensas va a rescatarte de toda la soledad y llenar tu alma con alegría inexpresable.
¡No! ¡No hay nada "por allá afuera" que te cambiará o salvará de quién o qué ya eres! Si piensas que otra persona va a resolver tu problema de soledad, estás muy equivocado. Debes encontrar liberación, paz, esperanza y gozo ahora ¡y Jesús es el único que puede llenar el vacío! Algunos están aburridos con sus cónyuges y esperando que ellos se vayan a la gloria, porque están buscando que otro romance venga a sus vidas y ahuyente su vacío. ¡Nunca despiertan y viven!

Siglos atrás, antes de que fueras creado, Dios vio lo que tus heridas y necesidades serían. Él sabía por adelantado lo que necesitarías para resolver todos tus problemas. Él no envolvió sus respuestas y las envió a ti como un libro de reglas o como un ejército de "hombres de respuesta.” No él nos dio a todos una solución a todas nuestras crisis y necesidades un Hombre, un Camino, una Respuesta a todo lo que necesitamos: ¡Jesucristo!

Cuando usted se satisface en Jesús, usted no esperará más milagros de su cónyuge. Ya no intentarás hacer un Dios de tu marido o esposa, para satisfacer, algo que sólo Dios puede satisfacer. Dios te dice "¡no quiero que vivas para el mañana! Sólo mirarás hacia atrás y verás que hoy pudo haber sido tu mejor momento. Jesús no puede ser ni mejor o más fuerte para ti de lo que es ahora mismo. ¿Por qué no me permites ser Dios para ti hoy?"
¿Alguna vez has tenido un amigo o ser amado decirte, como cosa llovida del cielo: “¿estás enfadado conmigo? ¿Hice algo malo?"

Simplemente puedes estar callado, en pensamiento profundo. Así que contestas, "No, no estoy enfadado. No hiciste nada para herirme. Simplemente estoy quieto ahora mismo.”
Amado ¿Cómo tratamos a nuestro Padre Celestial? Al final del día, vamos a nuestro cuarto secreto y decimos: ¿Qué hice mal? ¿qué me olvidé de hacer? Soy un desastre, no sé cómo puede Cristo amarme. Señor, perdóname una vez más. Algún día seré tan obediente que encontrarás más fácil amarme."

¡Pero Dios está allí desde el principio, esperando abrazarte! ¡Él quiere mostrarte cuánto te ama y quiere que te recuestes y descanses en su amor!
Jesús dijo que cuando el Hijo Pródigo llegó a casa, fue bienvenido en la casa de su padre. Recibió una túnica nueva, comió a la mesa de su padre y fue perdonado plenamente. ¡Pero eso no le hizo un ángel! Por el contrario, creo que su padre experimentó muchos problemas con él antes de que todo hubiera terminado.

¡Pero la cosa que este hijo tenía que saber era que estaba seguro en el amor de su padre! Tenía que saber que su padre le sobrellevaría, trabajaría con él, le amaría. Así es cómo nuestro Padre celestial es con nosotros. Y todavía seguimos diciendo, "¡Uno de estos días, voy a ser tan perfecto y recto ante Dios, será fácil para él amarme!"

¡No! Él te amó cuando eras un pecador, un reprobado, un enemigo para él. ¿Cuánto más te ama ahora que estás reconciliado con él? Dios ya te ha dicho, "Te amé cuando eras un extranjero para mí, cuando estabas en rebelión y pecado. ¿No te amaré incluso más ahora, desde que te has comprometido a ser mi hijo?"

No descansamos confiadamente en su amor como debiéramos. Y el Señor dice aún de sí mismo que él es el amor. Juan escribió: "Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios, y Dios en él." (1 Juan 4:16).

¿Están todos creyendo y descansando en su amor? O ¿te examinas constantemente diciendo, "OH Dios, sabes lo que está en mí, ¿cómo puedes amarme?" Si no aceptarás su amor libremente, si siempre estás cuestionándole, pensando que él te apartará ¡entonces no le conoces y no conoces sus caminos!

¡Es tiempo de que descanses confiadamente en el amor de Dios! Debes ponerte de pie y decir, "No aceptaré las acusaciones del diablo, porque de todos modos, nunca seré digno. ¡Todo mi valor viene a través de Jesús! Él me ha limpiado por su sangre."
Cuándo aceptas todas las mentiras que son inyectadas en tu mente, que no vales nada, un fracaso, sin esperanzas ¡esto aflige a Dios. Él dice de sí mismo, "¡Yo soy amor y quiero que sepas, creas, descanses y confíes en mi gran amor por ti!"
Iglesia saber esto abrirá tus ojos, Sí, él me y te quiere y ¡va a amarme y va amarte y ser Dios para mí y para ti!

¡no puedes permitirle ser Dios para ti a menos que le permitas que él te ame!
Cuando el enemigo viene como un león rugiente, no tengas miedo sólo descansa. Proclama la verdad: "¡Dios me ama, Jesús me ama! ¡Conozco y creo en su amor!" Permítele ser Dios para ti demostrándole que descansarás en su amor. Acéptalo y disfrútalo. Dios está mejor en ser Dios para ti cuando le permites colmarte con su amor, Vive hoy la plenitud que Cristo ya tiene para tu vida y deja en las manos de tu “Padre Celestial” todas tus necesidades, todos tus anhelos, todos tus sueños y proyectos, sin duda el se ocupará.

Dios te bendiga
Pastor Sergio Calero