jueves, 20 de noviembre de 2008

VENCIENDO EL SEQUEDAL


“Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma”. Hebreos 10:38.


Muchos cristianos viven una vida espiritual inestable, llena de altibajos.

Es una clase de vida que vacila entre la sequedad y la felicidad.
Muchos cristianos viven a veces en el cielo cantando coros y alabanzas espirituales y otras veces se encuentran en lo más profundo de la cisterna.


En lo que a sus sentimientos se refiere,muchos son lanzados por las olas hacia arriba y en otras oportunidades van a parar a lo profundo de la mar.


Es un problema verdaderamente común en la mayoría de los cristianos.
Proyectan sus objetivos y creen que lograran alcanzarlos, en este punto están sobre la ola, llenos de gozo, pero tiempo más o tiempo menos cuando el sueño se transforma en una cantidad de enormes obstáculos se llenan de disolución, vergüenza y confusión.


En este punto están en lo profundo del mar y lamentablemente lo que comenzó siendo un sueño termina en una pesadilla.
La mayoría de cristianos se ven invadidos por súbitos altibajos.
En ciertos días se sienten gozosos de que puedan orar, leer la palabra gloriosa del Señor y trabajar en su obra así como en lo secular, sin el menor signo de cansancio.


En estos momentos de sentimiento de felicidad, no paran de oír la voz del Señor y leer la Biblia tiene un sabor dulce como la miel.
Otros días sin embargo, todo parece haber cambiado para peor.


El desánimo controla sus vidas, les quita la voluntad de buscar la presencia de Dios.
No pueden ver la diferencia entre orar y no orar.
Fue fuerte el gozo que comprobaron y los impulsaba hacia delante, sin embargo ahora con la misma fuerza, actúa el desánimo impidiendo mantener la misma solicitud, impidiendo que se levanten.


La palabra de Dios les resulta ahora seca y sin gusto alguno.
En este preciso periodo todo se hace compulsivamente y en confusión absoluta.
No experimentan ningún gozo al acercarse al Señor, y a pesar de todo esto saben que tienen que acudir a él y lo hacen con un gran esfuerzo.
Las decisiones que se toman son sin la guía del Espíritu Santo, tratan de superar los obstáculos o las adversidades tomando decisiones apresuradas y en la mayoría de los casos se cometen errores tremendos.


Esta clase de vida cristiana parece tener una semejanza con el reino natural.
Quiero decir… Si hay una cima de una montaña tiene que haber por ende un valle profundo.
Después de las olas que produce una tormenta ha de venir la calma.
Parecería que un cristiano está destinado a vivir este tipo de vida oscilante, algunos días en la cumbre otros en valle profundo.


Algunos días sobre las olas y otros sobre el fondo de la mar.
¿Será acaso que podemos verdaderamente superar este tipo de vida?
¿Será acaso que podemos vivir una vida cristiana sin altibajos, y conseguir un estado espiritual quieto y sosegado?
Recordemos…
Cuando fuimos salvos, aquel día que habiendo creído en Jesucristo hemos recibido la vida eterna y todos nuestros pecados fueron sepultados en lo profundo de la mar, fue el día más feliz de nuestras vidas.


Ahora si nos preguntamos…
¿Dura esta felicidad para siempre?


La respuesta es NO, sólo dura un poco.
Este sentimiento feliz acaba desapareciendo.
¿Cuánto tarda en desaparecer?
Eso depende de cada persona.
Tarde o temprano este sentimiento de gozo que provee la salvación desaparece.


¿No es cierto que esto pasó en tu vida?


Tu gozo fue de alguna manera desapareciendo gradualmente.
No te sientes feliz como antes.
Cuando fuiste salvo era un deleite leer la palabra de Dios, congregarte y orar cuantas veces en el día creías necesario sin importar que tus oraciones fueran contestadas o no.
En una palabra te gustaba orar, te gustaba leer la palabra de Dios aunque no la entendías mucho.
Podías elegir algún lugar de tu casa para buscar a Dios y era tal el gozo que sentías que podías ponerte a dar saltos hasta el techo, pero ahora no es así.
Todo esto es ahora cosa del pasado, porque hoy no sientes gozo, hoy estas triste, las oposiciones golpean y en muchos casos lo hacen duramente.


Durante todo el tiempo que has sido cristiano, experimentaste que hay tiempos de gozo que vienen del Señor a modo de restauración y comienzas a orar nuevamente y hacer de todo para estar en comunión con Cristo y mantener cuidadosamente ese gozo inefable.
Sin embargo el gozo se retira y vuelve el sequedal. ¿Te paso?
Claro que sí. Te paso y te pasa constantemente.
Tiempo de gozo, tiempo de sequedal.


En estos tiempos de sequedal hasta has dudado en algún momento si eres hijo de Dios si eres de Jesucristo.
Y justo querido hermano en este tiempo se suele cometer el error más grande de la vida… creer que has perdido tu poder espiritual y que has caído.
La experiencia cristiana indica que hay tiempos en la vida de un cristiano de sequedal y tiempos de gozo.


Mientras que los tiempos de gozo a veces se hacen más breves,los tiempos de sequedal en algunas oportunidades se hacen más largos e intensos.
En una palabra los cristianos encuentran tiempos desequedal y tiempos de gozo.
En los periodos de gozo danzamos por las nubes, oramos y leemos 50 capítulos de la Biblia en un día y esto no alcanza y nos congregamos todas las veces que podemos.


En los tiempos de sequedal es todo lo contrario, sentimos que hemos sido derrotados, no tenemos la intensidad del gozo, el sentimiento desapareció y todo lo hacemos sin entusiasmo y por obligación.


Ya no oras, ya no compartes con nadie tus experiencias con el Señor, en este tiempo también dejas de leer la Biblia y hasta dejas de congregarte.
La angustia yla tristeza lo cubre todo, esa angustia te controla, te deja sin fuerzas, tu animo esta por el piso y no tienes capacidad ni para hacer, ni para oír, ni para hablar.
Ahora si es esto lo que estás viviendo, estas interpretando mal y de un modo serio tu vida espiritual.


Para ti el sentimiento de felicidad representa una altura espiritual, mientras que el sequedal representa una derrota espiritual.
Hace poco perdí un celular, y me lamenté dado que tenía incluida una cámara digital para sacarle fotos a la iglesia y ponerlas en la página Web.
En ese mismo instante que lo lamente el Señor me dijo…
- Te voy a sorprender. A la hora un taxista me traía el celular a mi casa.


¡Que contento me puse!


Y por supuesto le agradecí al Señor muchas veces.
Pasados algunos días del incidente (la perdida y recuperación del celular) mi gozo ya no es tan intenso como cuando me lo trajeron.


Y pasados algunos días más, el gozo desapareció por completo. ¿Qué ocurrió?
El celular lo tengo, no lo volví a perder, pero si perdí el gozo de haberlo recuperado.
Algunos creyentes al perder el sentimiento de gozo, piensan también que han perdido el objeto que causo el gozo.


Y ese objeto que causo ese gozo inefable no se ha perdido para nada.


La pregunta en este día es…


- ¿Ha cambiado Jesucristo?


No.


- ¿Te ha quitado la vida eterna que él te dio?


Tampoco.


Porque cuando estas con gozo tienes la vida eterna y cuando estás en sequedal también.
Así estés con gozo o te sientas seco tu situación permanece igual querido hermano, porque aquello que has recibido de Dios no se ha perdido nunca.
Dios no cambia nunca ni la obra del Señor sufre cambio alguno, ni tampoco cambia el Espíritu Santo. Lo que cambia son nuestros sentimientos.
Hoy sentimos… mañana no.


Como pastor suelo escuchar…
- Pastor siento de Dios hacer esto o aquello o lo otro o lo de más allá.


Cristianos que hoy sienten y que mañana no sienten nada.
Por momentos ven el sol y en otros momentos el sol está tapado por las nubes.


¿Desapareció el sol?
De ninguna manera.
El sol siempre esta, aunque no lo veamos.


De la misma manera el sol del creyente no ha cambiado, solo cambio tu sentimiento, hay nubes oscuras en tu cielo personal de modo que la luz está tapada a tu vista.
Si un creyente vive de emociones, el cielo va a cambiar con frecuencia y encontrara oscuras nubes que taparan al sol de justicia, pero si vivimos por encima de las nubes de las emociones el cielo no va a sufrir cambio alguno.


¿Será que el cristiano tiene que dejar de sentir?
De ningún modo.
Ahora veamos…
Hay creyentes que han permanecido siempre en el gozo del Señor sin ningún altibajo, pero son los menos o la excepción, hablo a los creyentes que experimentan estos altibajos.
La mayoría de creyentes en Cristo tienen esta experiencia.


En realidad todos los cristianos tienen esta experiencia, lo que sucede es que para aquellos cristianos que permanecen en el gozo del Señor continuamente, las circunstancias adversas o los obstáculos son meramente accidentes en el camino y estos accidentes son del todo superficiales.
Saben que es el Señor que les sostiene y que en cualquier momento obtendrán la victoria.
Son hombres y mujeres experimentados en pruebas y adversidades y saben fehacientemente que todo lo pueden en Cristo que les fortalece y saben que todas las cosas les ayudan a bien.
Es el Señor quien dispone de todas las cosas.


Dios nunca deja de ser Dios, por lo tanto a él no se le escapa ninguna situación.
El sequedal tiene una finalidad, un objetivo.
El arenal o el desierto tienen un propósito en la vida del creyente en Cristo.
Sin lugar a dudas, Dios trata con todos nosotros.
“Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón”. Oseas 2:14.
Veamos…


1. Mostrarte que no eres nada por tu propia cuenta.


¿Qué nos motiva hacer las cosas que hacemos?
Si lo que haceses solo por motivos propios, entonces haces todas estas cosas a fin de satisfacerte a ti mismo.
Tu objetivo no es la gloria de Dios.


Dios desea hacerte ver que no solo se le busca o se sirve a Cristo en los momentos de gozo o cuando todo va sobre rieles, sino que también cuando no hay gozo y solo sequedal.
Cuando estas lleno de gozo, crees que estás viviendo una experiencia sobre las olas del Señor, pero él te pone en ese sequedal para que veas que quizás tus motivaciones no eran las correctas.
El quiere ayudarte a decidir si estás haciendo estas cosas por el deber cristiano o por el gozo.
El objetivo de Dios es mostrarte que lo que estas buscando es gozo por el mismo gozo, no por amor a Dios.


Por ello Dios te proporciona un tiempo de gozo para que no quedes abrumado y otro tiempo de sequedal a fin de cumplir su objetivo y mostrarte que tú no eres nada por tu propia cuenta.


2. Entrenar tu voluntad.


Cuando experimentas el gozo del Señor, la lectura de la palabra de Dios, el congregarte y servirle al Señor o los tiempos de la lectura de la palabra no son cargas.
En estos tiempos no se necesita ningún esfuerzo.
Durante el periodo de gozo, estas tan entusiasmado que no experimentas que sea penoso el vivir y el trabajar para Cristo.
Pero ni bien llega el sequedal te das cuenta que se necesita fuerza de voluntad para hacer todas estas cosas.


A menos que realmente quieras hacerlas te sientes incapaz de hacerlas.
El período seco hace que puedas ejercitar tu voluntad.
¿Acaso las experiencias espirituales más firmes y mas fuertes no vienen del periodo de sequedal?
“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”. Gálatas 6:9.


El apóstol Pablo experimentaba el poder de Dios en la debilidad.
“Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. 2 Corintios 12:10.


En muchas oportunidades cuando estamos llenos de gozo, es nuestra persona la que hace las cosas, mientras que en sequedal es Dios mismo en nosotros.
3. Que las circunstancias no te dominen.
En oportunidades las circunstancias son tan difíciles y nuestro ánimo tan débil que nos vemos desbordados.


El ambiente nos seduce, nos controla, nos domina.
En ocasiones, es tan fuerte que hace revivir lo peor del viejo hombre.
La palabra de Dios nos instruye… “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal”. Romanos 12:21.


4. Hacer que vivamos por fe.


“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Hebreos 11:1.
Queridos hermanos, Dios nos llama a vivir por fe.
Y esto excluye el sentir en algunas oportunidades y el no sentir en otras.
Es necesario hacer a un lado todo tipo de sensualidad.


Es necesario poner nuestros ojos en Cristo, porque fiel es en lo que prometió, no importando lo que nuestros ojos naturales vean, y no importando lo que nuestros oídos humanos oigan.
En esos momentos de extrema soledad y aridez debemos si o si, obedecer la palabra de Dios.
Justo ahí, cuando todo está oscuro, tenemos la palabra más segura.


“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones”. 2 Pedro 1:19.


Hermanos, somos hijos de Dios yhay una sola manera de vencer al mundo.


“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”. 1 Juan 5:4.


Para concluir, querido hermano(a), seguramente en este peregrinaje veremos y seremos participes de muchas situaciones, no nos aterroricemos, no temamos, de nuestro lado esta Cristo, que jamás fue vencido, por lo tanto tenemos la victoria asegurada.


“Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará. Y llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar. Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides”. Deuteronomio 31:6-8.
¡Adelante!


Dios Te Bendiga.
Pastor Sergio Calero