lunes, 5 de enero de 2009

¡SER PLENOS Y FELICES HOY!







Dios escogió a un pueblo para él, no era pueblo especial o diferente o más lúcido que el resto de los pueblos, lo eligió sólo para que él pudiera ser Dios para ellos:

No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; (Deuteronomio 7:7)
Luego Dios dice:

"Y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios" (Éxodo 6:7).
Dios les indica que van a ser su pueblo y él será su Dios.

Dios se reveló y manifestó a sí mismo a su pueblo vez tras vez. Envió ángeles. Les habló audiblemente. Cumplió cada promesa con grandiosa liberación. Pero después de cuarenta años de milagros, señales y maravillas y prodigios la evaluación de Dios de su pueblo fue: "¡Ustedes no me conocen!” “Ni conocen mis caminos!"

Dios había buscado un pueblo que le permitiera ser Dios para ellos y realmente lograra conocerle en todo su poder y gloria.
Así que Dios realizó la obra de liberación del pueblo judío con milagros extraordinarios: Él abrió el Mar Rojo y ahogó a todos sus enemigos egipcios. Sacó agua de una roca y comida del cielo. Cubrió al pueblo de día con una nube y fuego de noche. Derrumbó grandes reyes y reinos por amor de su pueblo.

Entonces los llevó a Canaán para poseer casas que ellos no construyeron, viñas que ellos no plantaron, industrias que ellos no desarrollaron. Les dio colmenas llenas de miel, rebaños que daban leche, y todo tipo de riqueza. El pueblo tomó posesión de todo esto. Todas las cosas fueron suyas no por propio mérito sino por la mano poderosa de Dios. Pero las evidencias de las Escrituras demuestran que, incluso después de todos los milagros asombrosos y las bendiciones que Dios les había dado, ¡aún no conocían a Dios!

"Cuarenta años estuve disgustado con la nación, y dije:

Pueblo es que divaga de corazón, y no han conocido mis caminos" (Salmo 95:10). Dios dijo "¡En todo esto ustedes nunca me han permitido realmente ser Dios! ¡En mis cuarenta años de querer enseñarles, ustedes todavía no me conocieron, todavía no saben cómo trabajo!"
¡Dios estaba mostrándoles señales y maravillas! A pesar de su rebelión Dios todavía estaba intentando expresarse a sí mismo a ellos, ¡intentando enseñarles quién era él!"

"Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras cuarenta años. A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, y dije: Siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos." (Hebreos 3:9-10).

Dios estaba diciendo, "Las mismas personas que tomé Yo, aquellos que han sido testigos de mi poder, y a quien he hablado más claro, después de todos estos años bajo mi cobertura, sus ojos y oídos no están abiertos. ¡Ellos ni siquiera me conocieron!"
Dios aún está buscando un pueblo que le permita ser Dios para ellos ¡al punto que le conozcan de verdad y aprendan sus caminos! Aun así pocos en la iglesia hoy le conocen de esta manera.
Somos como Israel: Todos hemos sido testigos de milagros. Hemos experimentado manifestaciones de su presencia. Hemos tenido oraciones contestadas, pecados perdonados. Hemos enseñado sobre Dios y le amamos con lo mejor de nuestro discernimiento. Pero, al final, Dios puede decir de sólo unos cuantos: "Ellos me conocen como Dios. ¡Ellos realmente saben y caminan en la revelación de mis caminos!"

La Escritura dice de Israel:

"Y volvían, y tentaban a Dios, y provocaban al Santo de Israel." (Salmo 78:41)

Israel se volvió de Dios a la incredulidad. E igualmente, ¡considero que limitamos a Dios hoy con nuestra duda e incredulidad!
Confiamos en Dios en la mayoría de las áreas de nuestras vidas pero nuestra fe siempre tiene límites. Tenemos por lo menos una pequeña área que cercamos, donde realmente no creemos que Dios va a ocuparse de nosotros.

Por ejemplo limitamos a Dios en el área de la sanidad. Oramos por la sanidad física de muchos, y hemos visto a Dios realizar milagro tras milagro, he visto como Dios sanó a Mariel de cinco cálculos en su vesícula, pero cuando se trata de nuestro propio cuerpo, limitamos a Dios. Tenemos temor de permitirle ser Dios para nosotros mismos. ¡nos llenamos con medicina o corremos a un doctor antes de orar por nuestra sanidad! No estoy diciendo que es malo ir al doctor, pero a veces encajamos en la descripción de aquellos que “no buscaron al Señor, sino a los médicos"

En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó a Jehová, sino a los médicos. (2 Crónicas 16:12)

Hacemos grandes oraciones y ayunos para que nuestra ciudad Temperley conozca la salvación de Cristo pero cuando se trata de la salvación de tu propia familia, no tienes ni una medida de fe, inmediatamente piensas: "Dios no debe querer hacer esto, mi ser amado es un caso duro. Dios no parece estar oyéndome en este propósito."

Si esto es verdad, ¡no estás viéndole como Dios! ¡Eres ignorante de sus caminos! El deseo de Dios es "hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros" (Efesios 3:20).

Dios nos dice en esta noche: ¿Cómo puedo sanarte cuando realmente no crees que lo haré? Tu duda me impide ser Dios para ti. ¡Te digo, no me conoces a menos que sepas que estoy más deseoso de dar que lo que tú quieres recibir!"
Israel murmuró continuamente, ¿Puede Dios?… Seguro, él hizo un camino para nosotros a través del Mar Rojo. Pero ¿puede acaso darnos en medio de este arenal pan?" Dios les dio pan, de hecho, extendió una mesa para ellos en el desierto. "Pero ¿puede darnos agua, en este sequedal?", preguntaron. Les dio agua de una Roca. "Pero ¿puede darnos carne en medio de la nada?" Les dio carne del cielo. "Pero ¿puede librarnos de estos poderosos enemigos?" Vez tras vez, Dios proveyó y liberó en cada área. Todavía el pueblo pasó cuarenta años diciendo: Acaso "¿Puede Dios? Realmente ¿Puede Dios?"

Iglesia debemos ya mismo estar diciendo: "¡Dios puede! ¡Dios puede!” ¡Él lo hizo y lo hará otra vez! Dios puede y hará todo lo que pidamos y creamos que puede hacer, amados levantemos la vos, agitemos las manos y digamos: “Dios lo hará”

Hay algo más para conocer a Dios que estar en su presencia: Los setenta ancianos de Israel comieron y bebieron en la misma presencia de Dios en la montaña. Pero el Señor dijo de ellos, "¡Ustedes nunca llegaron a conocerme!"

Los discípulos pasaron tres años en la presencia de Dios con Cristo quien era Dios en la carne. Se sentaron bajo su enseñanza y estaban con él noche y día. Pero, al final, lo desampararon y huyeron - ¡porque no conocían sus caminos!

Jesús dice que Dios no oye nuestras oraciones y alabanzas simplemente porque las proferimos una y otra vez, por horas a la vez. Es posible orar, ayunar y hacer cosas justas, y todavía no alcanzar el lugar dónde tenemos hambre de conocerle y empezar a entender sus caminos. No aprendemos sus caminos en el cuarto de oración solamente, aunque todos los que de verdad conocen al Señor están en intimidad con él.

Dios tiene tanto que quiere darte. Su deseo es "abrir las ventanas de los cielos, y derramar bendición hasta que sobreabunde" (Malaquías 3:10). Él está de pie en un almacén lleno, diciendo, "Soy un Dios dadivoso y amoroso, pero tan pocos reciben de mí. ¡No me permitirán ser Dios para ellos!"

Muchos cristianos están satisfechos con sentarse en la iglesia y ser bendecidos por la presencia de Dios. ¡Tales personas no son más que “esponjas satisfechas!” Empapan todo pero limitan a Dios en sus vidas, cuando él quiere ungirlos para el servicio.
No importa lo que hayas visto hasta ahora, o qué imagen gloriosa tu mente pueda tener, está muy lejos de lo que Dios quiere aún hacer en su pueblo. Cuándo los discípulos se maravillaron de los milagros de Cristo, Jesús contestó, "¡Dios tiene un trabajo aun mayor adelante para ustedes!"
La mayoría de nosotros somos como los discípulos. Vemos un milagro, y estamos satisfechos de hablar sobre él por el resto de nuestras vidas. Pero si nosotros realmente conocimos a Dios y le permitimos ser Dios para nosotros, le pediríamos mucho más:

Alcanzaríamos los lugares celestiales por fe, creyendo a Dios ¡Derrumbaríamos los principados y poderes, como Dios dijo!
Creeríamos que Dios nos ayudará a saturar nuestra ciudad con el evangelio de Jesús. Nos pararíamos en fe contra cada arma apuntada contra nosotros, y estaríamos derribando las fortalezas satánicas en nuestras familias e iglesias. Nuestra visión sería ilimitada. ¡Creeríamos a Dios por cosas aun mayores para su reino!

¿Todavía no conoces a Dios como él desea que lo conozcas? ¿No le has permitido todavía que sea Dios para ti? Puedes preguntarte entonces, ¿cómo puedes llegar a conocerle a él y sus caminos?
Aquellos que realmente conocen a Dios han aprendido a reconocer su voz sobre todas las otras. Él quiere que estés absolutamente convencido de que él desea hablar contigo ¡decirte cosas que nunca has visto u oído anteriormente!
El Señor vez tras vez les habla pero ustedes muchas veces dicen: "Éste no puede ser Dios”. Además, ¡el diablo puede hablar también! La carne habla, los espíritus mentirosos hablan. Una multitud de voces vienen a nosotros todo el tiempo. Y se preguntan: ¿Cómo puedo conocer la voz de Dios?"

Creo que se requieren tres cosas de aquéllos que oirían la voz de Dios:
Una confianza inquebrantable de que Dios está queriendo hablarte. Tienes que estar totalmente persuadido y convencido de que Dios quiere hablarte. De hecho, él es un Dios que habla y él quiere que conozcas su voz para que puedas hacer su voluntad. Lo que Dios te dice nunca irá más allá de los límites de la Palabra de Dios. Y no tienes que ser ordenado o tener un doctorado para entender su voz. Todo lo que necesitas es un corazón que diga, "¡Creo que Dios desea hablarme!"
Tiempo de calidad y quietud. Necesitas estar deseoso de encerrarte con Dios y permitir que todas las otras voces se callen. Su voz sólo ha venido después que apagues todas las otras voces menos la suya, hay que salir de ese estado de ansiedad permanente.

Pidiendo en fe. No obtenemos nada de Dios (incluso el oír su voz) a menos que creamos de verdad que él puede transmitir su palabra a nosotros ¡para capacitarnos a entender su voluntad perfecta!
Jesús dice:

"Si un hijo pidiera pan a cualquiera de ustedes que es padre, ¿le dará una piedra? O si le pide a un pez, ¿le dará una serpiente? O si le pide un huevo, ¿le ofrecerá un escorpión?" (Lucas 11:11-12).

En otras palabras: Si le pides una palabra a tu Padre celestial, una guía clara, una corrección, una necesidad particular, ¿piensas por un momento que él permitiría al diablo venir y engañarte?"
Por momentos acusamos a nuestro “Padre Celestial” de cruel, cuando no confiamos en él para darnos su voz. ¿Piensas que permitirá el Señor callar su voz y darle lugar a la de un impostor del infierno? Tu Padre que está en los cielos jamás permitirá eso. El Espíritu Santo te guiará a toda Verdad y sabrás discernir la voluntad de Dios.

Dios el “Padre” tiene un misterio, su Hijo Jesucristo. Y este misterio es revelado.
Aquí está cómo creo que Dios quiere que veamos a su Hijo:

"Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación" (Santiago 1:17).

¡Jesús fue un regalo! Dios envolvió todos sus recursos en Jesús "y dio a su Hijo unigénito…" Cristo es el regalo bueno y perfecto de Dios para nosotros, ¡descendió del Padre! ¿Ves a Jesús como el regalo perfecto de Dios para ti? ¿Lo ves como todo lo que necesitas para vivir alegremente, victoriosamente, honradamente, lleno de paz y descanso?

En el Antiguo Testamento, Dios le dio a Israel muchos regalos maravillosos en el desierto: Una nube para albergarlos del sol del desierto. Fuego para asegurarlos y guiarlos por la noche. Agua de una Roca. Una rama para sanar las aguas amargas. Una serpiente de bronce para sanar a los mordidos por las serpientes. ¡Pero todas estas cosas eran sólo sombras!
¿Quién era la Roca de la qué salió agua? ¿Quién era él fuego? ¿El maná? ¿La serpiente de bronce? ¡Todo lo que Dios hizo para Israel fue a través de Jesús! Eso es correcto ¡Jesús fue cada uno de esos regalos!

"Porque no quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron por el mar… y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de una roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo" (1 Corintios 10:1,4).

Hoy tenemos mucho más que la sombra. ¡Tenemos la sustancia real a Cristo mismo! ¡Y él vive en nosotros!
Pero, la mayoría de nosotros todavía somos como niñitos que miran al futuro por satisfacción. Pensamos en algún evento futuro, algún cambio en nuestras circunstancias que nos traerán paz y alegría. Decimos, "¡Sólo espera, mi día viene! ¡Lo mejor está por venir! ¡De algún modo, algún día, en alguna parte… no sé lo que está allá fuera para mí, pero viene!" ¡Somos como niños que esperan por la Navidad o el cumpleaños o el día de Reyes y pasamos contando los días!

"Como una sombra anda el hombre, ciertamente en vano se afana; acumula riquezas, y no sabe quién las recogerá… y ahora Señor, ¿qué espero?" (Salmo 39:6,7).

David clamó cuando todo parecía inútil: "Señor, ¿qué estoy esperando?"

Iglesia la pregunta es: ¿qué estás esperando? ¿Por qué no es este el mejor día de tu vida? ¿Por qué ‘ahora’ no puedes estar lleno y alegre? Yo te digo: ¡No hay nada 'por allá afuera' que ya no tengas en Jesús!"
Te pregunto: ¿qué estás esperando? "OH, por el Sr. Correcto", puedes contestar esa persona generosa que piensas va a rescatarte de toda la soledad y llenar tu alma con alegría inexpresable.
¡No! ¡No hay nada "por allá afuera" que te cambiará o salvará de quién o qué ya eres! Si piensas que otra persona va a resolver tu problema de soledad, estás muy equivocado. Debes encontrar liberación, paz, esperanza y gozo ahora ¡y Jesús es el único que puede llenar el vacío! Algunos están aburridos con sus cónyuges y esperando que ellos se vayan a la gloria, porque están buscando que otro romance venga a sus vidas y ahuyente su vacío. ¡Nunca despiertan y viven!

Siglos atrás, antes de que fueras creado, Dios vio lo que tus heridas y necesidades serían. Él sabía por adelantado lo que necesitarías para resolver todos tus problemas. Él no envolvió sus respuestas y las envió a ti como un libro de reglas o como un ejército de "hombres de respuesta.” No él nos dio a todos una solución a todas nuestras crisis y necesidades un Hombre, un Camino, una Respuesta a todo lo que necesitamos: ¡Jesucristo!

Cuando usted se satisface en Jesús, usted no esperará más milagros de su cónyuge. Ya no intentarás hacer un Dios de tu marido o esposa, para satisfacer, algo que sólo Dios puede satisfacer. Dios te dice "¡no quiero que vivas para el mañana! Sólo mirarás hacia atrás y verás que hoy pudo haber sido tu mejor momento. Jesús no puede ser ni mejor o más fuerte para ti de lo que es ahora mismo. ¿Por qué no me permites ser Dios para ti hoy?"
¿Alguna vez has tenido un amigo o ser amado decirte, como cosa llovida del cielo: “¿estás enfadado conmigo? ¿Hice algo malo?"

Simplemente puedes estar callado, en pensamiento profundo. Así que contestas, "No, no estoy enfadado. No hiciste nada para herirme. Simplemente estoy quieto ahora mismo.”
Amado ¿Cómo tratamos a nuestro Padre Celestial? Al final del día, vamos a nuestro cuarto secreto y decimos: ¿Qué hice mal? ¿qué me olvidé de hacer? Soy un desastre, no sé cómo puede Cristo amarme. Señor, perdóname una vez más. Algún día seré tan obediente que encontrarás más fácil amarme."

¡Pero Dios está allí desde el principio, esperando abrazarte! ¡Él quiere mostrarte cuánto te ama y quiere que te recuestes y descanses en su amor!
Jesús dijo que cuando el Hijo Pródigo llegó a casa, fue bienvenido en la casa de su padre. Recibió una túnica nueva, comió a la mesa de su padre y fue perdonado plenamente. ¡Pero eso no le hizo un ángel! Por el contrario, creo que su padre experimentó muchos problemas con él antes de que todo hubiera terminado.

¡Pero la cosa que este hijo tenía que saber era que estaba seguro en el amor de su padre! Tenía que saber que su padre le sobrellevaría, trabajaría con él, le amaría. Así es cómo nuestro Padre celestial es con nosotros. Y todavía seguimos diciendo, "¡Uno de estos días, voy a ser tan perfecto y recto ante Dios, será fácil para él amarme!"

¡No! Él te amó cuando eras un pecador, un reprobado, un enemigo para él. ¿Cuánto más te ama ahora que estás reconciliado con él? Dios ya te ha dicho, "Te amé cuando eras un extranjero para mí, cuando estabas en rebelión y pecado. ¿No te amaré incluso más ahora, desde que te has comprometido a ser mi hijo?"

No descansamos confiadamente en su amor como debiéramos. Y el Señor dice aún de sí mismo que él es el amor. Juan escribió: "Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios, y Dios en él." (1 Juan 4:16).

¿Están todos creyendo y descansando en su amor? O ¿te examinas constantemente diciendo, "OH Dios, sabes lo que está en mí, ¿cómo puedes amarme?" Si no aceptarás su amor libremente, si siempre estás cuestionándole, pensando que él te apartará ¡entonces no le conoces y no conoces sus caminos!

¡Es tiempo de que descanses confiadamente en el amor de Dios! Debes ponerte de pie y decir, "No aceptaré las acusaciones del diablo, porque de todos modos, nunca seré digno. ¡Todo mi valor viene a través de Jesús! Él me ha limpiado por su sangre."
Cuándo aceptas todas las mentiras que son inyectadas en tu mente, que no vales nada, un fracaso, sin esperanzas ¡esto aflige a Dios. Él dice de sí mismo, "¡Yo soy amor y quiero que sepas, creas, descanses y confíes en mi gran amor por ti!"
Iglesia saber esto abrirá tus ojos, Sí, él me y te quiere y ¡va a amarme y va amarte y ser Dios para mí y para ti!

¡no puedes permitirle ser Dios para ti a menos que le permitas que él te ame!
Cuando el enemigo viene como un león rugiente, no tengas miedo sólo descansa. Proclama la verdad: "¡Dios me ama, Jesús me ama! ¡Conozco y creo en su amor!" Permítele ser Dios para ti demostrándole que descansarás en su amor. Acéptalo y disfrútalo. Dios está mejor en ser Dios para ti cuando le permites colmarte con su amor, Vive hoy la plenitud que Cristo ya tiene para tu vida y deja en las manos de tu “Padre Celestial” todas tus necesidades, todos tus anhelos, todos tus sueños y proyectos, sin duda el se ocupará.

Dios te bendiga
Pastor Sergio Calero