jueves, 22 de enero de 2009

¿VENERAR A LA VIRGEN MARÍA?


¿VENERAR A LA VIRGEN MARÍA?

Los muchos que dicen ser entendidos, se empeñan en demostrar con sus muchos dichos y hechos que lo dicho por María y narrado en la Santa Biblia, no es verdad.

Deberíamos escuchar lo que dice María misma:
Entonces María dijo:
Engrandece mi alma al Señor;
Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. (Lucas 1:46,47)

Tanto los papas como los obispos, dicen que María fue concebida sin pecado, por eso la imanan inmaculada, sin mancha y por tanto, no necesita de un salvador. ¿Cuál es la función de un salvador? Sencillamente es librarnos (rescatarnos) de nuestras deudas (pecados).

María se regocija en su Salvador, como lo podemos hacer cualquiera de nosotros, porque no sabemos pecadores y necesitados de ese Salvador.

¿A quien hacemos caso: a María que se siente como toda criatura, pecadora y necesitada del Salvador; o a los papas y obispos que llaman a María sin mancha y corredentora (cosalvadora) con Cristo?

Elizabeth, prima de María y llena del Espíritu Santo la llama bienaventurada, no por sus cualidades sino por su fe:

Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor. (Lucas 1:45)

Una vez más aquellos que se llaman entendidos se oponen al Espíritu Santo, al afirmar que la bienaventuranza de Maria se debe a su virginidad, a su inocencia y a sus virtudes (llena de virtudes). El Espíritu dice, es bienaventurada porque creyó.

El mensajero de Dios, el ángel Gabriel, enviado a Maria le dice:

Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. (Lucas 1:30)

Dios es justo, y Maria ha hallado gracia delante de El. Si es por gracia no es por sus virtudes y meritos, sino ya no seria gracia, sino justicia que Dios hacia a Maria por sus virtudes. Pero a pesar de que son muchos los que esto dicen de Maria, haciéndola merecedora de todas las gracias y madre de todos los cristianos, la palabra de Dios no da tales meritos a Maria, sino que, lo que ha sido, lo ha sido por gracia, gratuitamente, por la libre misericordia de Dios.

La actitud mariologica intenta hacer resaltar el papel de la criatura, Maria, y a la vez su propia y sencilla nulidad. De ahí que exclame con humildad:

Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre, (Lucas 1:49)

Y esa misericordia es la promesa para con Abraham y su descendencia para siempre:

De la cual habló a nuestros padres,
Para con Abraham y su descendencia para siempre. (Lucas 1:55)

Maria no se ve como algo especial dentro de la descendencia de Abraham, sino como la verificación de la misericordia de Dios con esa descendencia de Abraham, y que ahora como entonces es valido:

Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. (Génesis 15:6)

Otro aspecto de la confusión que siembran los seguidores de esta doctrina en contra de lo escrito en la Biblia es el gran énfasis que da a la virginidad de Maria, mas una costumbre pagana que una norma Bíblica.

Y a esta costumbre pagana se han esclavizado cientos de miles de hombres y mujeres de todos los tiempos y naciones.
Maria no tenía como meta de su vida el estado de virginidad, ya que ella estaba desposada con un varón.

A una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. (Lucas 1:27)

Y si la Biblia hace notar que esa joven era aun virgen, no es para ensalzar la virginidad, sino el poder de Dios:

Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. (Lucas 1:35)

Pero sus adoradores parecen olvidar el pode de Dios y al Hijo, y ensalza a la virgen y a la virginidad como factor decisorio y meritorio de la obra misericordiosa de Dios.
El Ángel mismo le recuerda a Maria:

Porque nada hay imposible para Dios. (Lucas 1:37)

Jesús dice:

Y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. (Mateo 3:9)

¡Como si Dios necesitase de la virginidad o del bien obrar del hombre para hacer su obra!
Pero el hombre con su sutileza engañosa valora la virginidad, la virtud de la criatura (del hombre o de la mujer), porque así se auto valora a si mismo ante Dios.
El hombre inventa todos los subterfugios imaginables antes de aceptar que Dios dice:

Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. (Isais 57:15)

Quebrantamiento y humildad de espíritu es la situación que Dios pide al hombre para habitar con él. En esa situación se encontraba María, quebrantada y humilde de Espíritu. Así la presenta la escritura. Pero sus seguidores y fieles se empeñan en contradecir las Escrituras y nos la presentan levantada sobre su virginidad, desafiante como inmaculada, firme como corredentora y medianera de todas las gracias, y si esto fuese poco, la llaman madre Universal.

Ante este figura no bíblica un papa se postraba para decir: “Aotus Tuus” (todo tuyo).
Si Dios pide en sus mandamientos:

Y amarás a Jehová tú Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. (Deuteronomio 6:5)

Yo me pregunto ¿Qué le queda a un hombre cuyo lema es “Aotus tuus” (todo tuyo) María para ofrecer a Dios? Nada le queda, porque todo lo ha dado a algo formado por se mente al margen de lo escrito en la Biblia sobre la quebrantada y humilde de Espíritu, la virgen desposada, Maria.

No hacemos justicia a esa virgen ni la apreciamos cuando decimos de ella lo que ha dicho el Espíritu, ni cuando menguamos con su encumbramiento la gran misericordia y el amor del Padre y del Hijo. ¿Ha dado Jesús el puesto que se la da a María?
Jesús dice:

Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. (Juan 8:36)

Sus seguidores dicen: “María es nuestro auxilio”

Jesús dice:

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. (Juan 15:5)

Y agrega Jesús: “Nadie viene al Padre, sino por Mi” (Juan 14:6)

Y además:

Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar.
Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar.
Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?
Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.
Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre. (Mateo 12:46-50)

¿De donde pues ese titulo de Madre Universal que sus seguidores dan a Maria? Esa no es la Maria de las Escrituras, la virgen desposada de Nazaret. Según las palabras de Jesús, la maternidad de Maria nada tiene que ver con la salvación de los hijos de Dios. Otra es la causa de esa salvación y filiación, la voluntad de Dios:

Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. (Juan 1:13)

Si somos fieles a la Palabra de Dios no tiene que sorprendernos la respuesta de Jesús sobre Maria, antes bien la comprendemos en su justa dimensión. Ya que según esta escrito:

Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. (1Corintios 15:50)

Y tampoco da derecho a ningún titulo sobre los hijos de Dios.
En la carta a los Galatas se nos advierte:

Más si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. (Galatas 1:8)

Y además:

No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. (Galatas 1:7)

Siendo humildes y a la vez sinceros solo nos queda aplicar, lo dicho en la carta a los Galatas. A la actitud de aquellos que sostienen esas doctrinas no bíblicas sobre la virgen María: “Están pervirtiendo el Evangelio de Cristo”.

Miremos con imparcialidad y sin ningún tipo de fanatismo, lo que la Biblia dice sobre “La virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David, y el nombre de la virgen era María. (Lucas 1:27)
Hemos visto lo que el Ángel Gabriel dice de María, lo que dice el Espíritu Santo por boca de Elizabeth, lo que dice el mismo Jesús; y como se ve Maria misma ante Dios, su Salvador.

Nadie puede contradecir estos testimonios sin mentir, por muy buena reputación que tenga o por muy santidad que le llamen…

“Me resulta lamentable encontrarme en mi país con imágenes o inscripciones exhortándonos a una veneración no Bíblica a María.”

No es mi intención ofender a nadie con lo dicho, deseo simplemente llamar la atención de muchos una vez más con imparcialidad lo que la Biblia dice sobre María.

Dios les bendiga.
Sergio Calero
Pastor
http://www.iglesiaelresplandor.org/