lunes, 22 de septiembre de 2008

"CANIBALISMO" LA PROPUESTA DE ANA MENDEZ FERREL


Esta pintura, que de sólo mirarla provoca un vértigo de aversión, constituye uno de los catorce murales conocidos con el nombre de pinturas negras, con las cuales Francisco Goya decoró el comedor y el salón de la llamada Quinta del Sordo, una casa que adquirió a orillas del madrileño río Manzanares en 1819. Setenta años después se dispuso que se arrancaran de las paredes y se depositaran sobre lienzos, con el fin de preservarlas para la posteridad.
Saturno devorando a un hijo, que forma parte de las seis que decoraban el comedor, llegó a ser una de las pinturas más inquietantes de principios del siglo XIX, pues explaya, con maestría y sentido dramático, el tema alegórico del tiempo representado por el dios mitológico Cronos -identificado por los romanos con Saturno-, quien, temeroso de ser destronado por sus descendientes, devoraba a los hijos que daba a luz su esposa Era, cuya única función, aparte de satisfacer los deseos libidinosos de un ser todopoderoso, era reproducir hijos a montones.
¿Quién es Ana Méndez Ferrel?

Ex Sacerdotisa del Vodoo y ex internada de un neurosiquíatrico según ella misma relata en su pagina web, supervisora de 18 Iglesias, escritora de varios libros entre ellos “Comed de mi Carne y Bebed de mi Sangre” Publicado por E & A INTERNATIONAL.


Este libro en particular “No he leído otro de la autora” me ocuparé dado que ha traído algún trastorno dentro de la iglesia en la cual adoro al Señor.


En este libro hace un esfuerzo mediante “Citas Bíblicas” a comer literalmente la “carne” de Jesús y beber su “Sangre” literalmente en el sacramento de la “Santa Cena del Señor”.
Doy Gloria a Dios Ana en que Cristo te haya hecho libre del sacerdocio satánico y te haya sanado mentalmente pero no puedo dar Gloria a Dios en esto que estas queriendo enseñar al pueblo de Dios.


No puedo por cantidad de texto señalar todo el libro de Ana Méndez Ferrel, solo citaré algo de su escritura.
Finaliza el capítulo 2 página 18 diciendo: “¿Cómo vamos a permanecer en El? Comiendo de su carne y bebiendo de Su sangre y guardando Sus mandamientos.
En el Capítulo 3 página 20 Ana dice: “ Cuando entramos al Reino de Dios a través de un genuino arrepentimiento y compromiso de seguir a Jesucristo como Señor y Salvador, el Espíritu de Dios se une al del hombre, engendrándolo para que sea transformado en una nueva creación. A partir de ese momento crecerá y será fortalecido, a través de su alimento espiritual, que es la carne y la sangre de Jesús, además de la Palabra de Dios…”


También dice: “Los elementos del pan y del fruto de la vid, permanecerán siempre siendo pan y extracto de uva, pero en la realidad invisible, el Cuerpo y la Sangre de Jesús se harán presentes en un forma grandiosa”


Y agrega: “Nuestro espíritu, literalmente beberá de Su Sangre, y se unirá a Su carne y a Su Cuerpo. Nuestro espíritu absorberá dentro de si, la vida de Dios, y todo lo que esta contenido en esa carne y en esa sangre”.


¿No es esto que escribe y trata de enseñar Ana Méndez Ferrel algo ya instituido por alguna otra religión?


Desde luego que si.


La Santa Cena o comunión, fue instituida por nuestro Señor Jesucristo la noche en que fue entregado. La Iglesia Católica la ha convertido en su culto más excelente, denominado “La misa o eucaristía”.


Supuestamente los sacerdotes Católicos poseen el poder de convertir en forma sobrenatural el pan y el vino, en el cuerpo y sangre reales y literales de Jesucristo.
Catecismo de la iglesia Católica enseña:


1376 – El Concilio de Trento resume la fe católica cuando afirma: “Porque Cristo, nuestro Redentor, dijo que lo que ofrecía bajo la especie de pan era verdaderamente su Cuerpo, se ha mantenido siempre en la iglesia esta convicción, que declara de nuevo el Santo Concilio: Por la consagración del pan y del vino se opera el cambio d e toda la sustancia del pan en la substancia del Cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la substancia del vino en la Substancia de su Sangre; la Iglesia católica ha llamado justa y apropiadamente a este cambio transubstanciación”.
En la siguiente cita del Catecismo revela que la Iglesia Católica aun sostiene esta doctrina que fue definida en el Concilio de Trento.


1333 – En el corazón de la celebracion de la Eucaristía se encuentran el pan y el vino que, por las palabras de Cristo y por la invocación del Espíritu Santo, se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.


¿Que dice al respecto el Catecismo de cuando viene Cristo en la eucaristía y cuanto tiempo permanece allí?


1377 – La presencia eucarística de Cristo comienza en el momento de la consagración y dura todo el tiempo que subsistan las especies eucarísticas. Cristo este todo entero presente en cada una de las especies y todo entero en cada una de sus partes, de modo que la fracción del pan no divide Cristo.


Puesto que Ana Méndez Ferrel y el catolicismo enseñan a sus miembros a tomar parte de un canibalismo literal, esta doctrina requiere serio examen.


En la misa o eucaristía enseñan. “Que la misa es un sacrificio expiatorio. Que en este sacrificio, se ofrece por el ministerio de los sacerdotes, al mismo Cristo, que entonces se ofreció a si mismo en la cruz. De aquí es, que no solo se ofrece con justa razón por los pecados, sino también por la tradición romana por aquellos que han muerto en Cristo sin estar plenamente perdonados (Concilio de Trento: Sesión XII Capitulo 2)


Que después de la consagración del pan y del vino, estos elementos como ya se dijo se transforma literalmente en el cuerpo y la sangre de Cristo, y que en el pan y el vino se halla su alma. A esta conversión la han llamado los católicos transubstanciación (cambio de substancias); (Concilio de Trento: Sesión XIII Capitulo 3)


¿Qué nos dice la palabra de Dios?


Lucas 22:19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es
mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.
Lucas 22:20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.


Para todo estudioso serio de la Biblia este pasaje es considerado una metáfora o si se quiere un símbolo. Esta forma de lenguaje fue propia de de Nuestro Señor Jesucristo.


Matthew Henry en su comentario de la Biblia dice:


La cena del Señor es una señal o conmemoración de Cristo que ya vino, que nos liberó muriendo por nosotros; su muerte se pone ante nosotros de manera especial en esta ordenanza, por la que la recordamos. Aquí el partimiento del pan nos recuerda el quebranto del cuerpo de Cristo en sacrificio por nosotros. Nada puede ser mejor alimento y más satisfactorio para el alma que la doctrina de la expiación del pecado hecha por Cristo y la seguridad de tener parte en esa expiración. Por tanto, hacemos esto en memoria de lo que Él hizo por nosotros cuando murió por nosotros; y como recordatorio de lo que hacemos, al unirnos a Él en el pacto eterno. El derramamiento de la sangre de Cristo, por lo cual se hace la expiación, se representa por el vino en la copa.

Podemos comparar otras expresiones, por ejemplo. “Yo soy la puerta” (Juan 10:9); Yo soy la vid (Juan 15:1); “Yo soy el pan de vida” (Juan 6:35); Yo soy la luz del mundo” (Juan 8:12) solo por nombrar algunas expresiones.


De todo esto solo deducimos que, si Cristo no puede ser real y positivamente una puerta, una vid, un pan o una luz, tampoco un pedazo de pan puede ser real y positivamente el cuerpo literal de Cristo, sino solamente una figura, un emblema del cuerpo verdadero de Cristo.


Sabemos también que estos elementos no se convirtieron en la propia sangre y cuerpo de Cristo cuando el los bendijo, porque El personalmente estaba aun allí, estaba sentado ante ellos antes y después de que tomaron del pan y de la copa. No se cambio de una persona a un líquido ni se transformo en pan, su carne estaba todavía sobre sus huesos y su sangre corría en sus venas y arterias. No obstante por espacio de siglos, el romanismo ha insistido en una interpretación literal de las palabras de nuestro Señor Jesucristo al igual que Ana Méndez Ferrel insiste en inducirnos al mismo error.


La adopción de la idea de que los elementos de la santa cena se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo, presentó otros problemas: El escritor Tertulio, nos dice que muchos de los sacerdotes debían tener el cuidado para que algún pedazo del pan no se cayera al suelo, porque el “cuerpo de Cristo” podía lastimarse. En la Edad Media hubo discusiones de que se debería hacer si alguien vomitaba después de recibir los elementos, o si un perro o una rata llegaran por casualidad a comerse el “cuerpo de Cristo”. Luego a fines del siglo XI para evitar que alguien derramara la “sangre de Cristo” (el vino) la Iglesia Católica empezó a retener la copa al pueblo común. Esto contradice la que Jesús ordeno hacer, es contrario a la enseñanza de la Biblia (1 Corintios 11:23-34).


En cuanto a la ordenanza sagrada 1 Corintios 11:23-34 Matthew Henry nos enseña en su comentario Bíblico lo siguiente:


El apóstol describe la ordenanza sagrada, de la cual tenía conocimiento por revelación de Cristo. En cuanto a los signos visibles, estos son el pan y el vino. Lo que se come se llama pan, aunque al mismo tiempo se dice que es el cuerpo del Señor, mostrando claramente que el apóstol no quería significar que el pan fuese cambiado en carne.

San Mateo nos dice que nuestro Señor les invitó a todos a beber de la copa, capítulo xxvi, 27, como si hubiera previsto, con esta expresión, que un creyente fuese privado de la copa. Las cosas significadas por estos signos externos, son el cuerpo y la sangre de Cristo, su cuerpo partido, su sangre derramada, junto con todos los beneficios que fluyen de su muerte y sacrificio.
Las acciones de nuestro Señor fueron, al tomar el pan y la copa, dar gracias, partir el pan y dar el uno y la otra. Las acciones de los comulgantes fueron, tomar el pan y comer, tomar la copa y beber, haciendo ambas cosas en memoria de Cristo.


Pero los actos externos no son el todo ni la parte principal de lo que debe hacerse en esta santa ordenanza. Los que participan de ella tienen que tomarlo a Él como su Señor y su Vida, rendirse a Él y vivir para Él.

En ella tenemos un relato de las finalidades de esta ordenanza. Tiene que hacerse en memoria de Cristo, para mantener fresca en nuestras mentes su muerte por nosotros, y también, para recordar a Cristo que intercede por nosotros a la diestra de Dios en virtud de su muerte.

No es tan sólo en memoria de Cristo, de lo que Él hizo y sufrió, sino para celebrar su gracia en nuestra redención. Declaramos que su muerte es nuestra vida, la fuente de todos nuestros consuelos y esperanzas. Nos gloriamos en tal declaración; mostramos su muerte y la reclamamos como nuestro sacrificio y nuestro rescate aceptado. La cena del Señor no es una ordenanza que se observe sólo por un tiempo, pero debe ser perpetua.

El apóstol expone a los corintios el peligro de recibirla con un estado mental inapropiado o conservando el pacto con el pecado y la muerte mientras se profesa renovar y confirmar el pacto con Dios. Sin duda, ellos incurren en gran culpa y así se vuelven materia obligada de juicios espirituales. Pero los creyentes temerosos no deben descorazonarse de asistir a esta santa ordenanza.

El Espíritu Santo nunca hubiera hecho que esta Escritura se hubiese puesto por escrito para disuadir de su deber a los cristianos serios, aunque el diablo la ha usado a menudo. El apóstol estaba dirigiéndose a los cristianos y les advierte que estén alerta ante los juicios temporales con que Dios corrige a sus siervos que le ofenden. En medio de la ira, Dios se acuerda de la misericordia: muchas veces castiga a los que ama. Mejor es soportar problemas en este mundo que ser miserable para siempre.

El apóstol señala el deber de los que van a la mesa del Señor. El examen de uno mismo es necesario para participar correctamente en esta ordenanza sagrada. Si nos examináramos cabalmente para condenar y enderezar lo que hallemos malo, podríamos detener los juicios divinos.
El apóstol termina todo con una advertencia contra las irregularidades en la mesa del Señor, de las cuales eran culpables los corintios. Cuidemos todos de esto para que ellos no se unan a la adoración de Dios como para provocarle y acarrearse venganza sobre sí. (Matthew Henry – comentario Bíblico)

¿Será que Ana Méndez Ferrel también nos quiere inducir a una práctica pagana?


El historiador Duran, nos dice que la creencia en la transubstanciación, como se practica en la religión católica y lo que pretende enseñarnos Ana Méndez Ferrel en su nueva “Revelación” es una de las ceremonias mas antiguas de los pueblos paganos.
Un tipo de esta ceremonia era celebrada en Egipto, en la cual un pedazo de pastel era consagrado por un sacerdote y se suponía que se convertía en el cuerpo de Osiris, después se comía y se tomaba vino como parte de aquella ceremonia (Historia de la Civilización Pagina 741).
También en la Enciclopedia de Religiones, se nos dice que la idea de la transubstanciación, era una enseñanza de la religión del Mitraismo, siendo aquella practica similar a la que hasta hoy realiza la iglesia católica y nos quiere inducir Ana Méndez Ferrel (Volumen 2 patina 76).
En una u otra forma, pues, la idea de comerse a Dios literalmente se desarrollo en muchas tribus y religiones del mundo.


Ana Méndez Ferrel en su libro cita entre otros muchísimos versículos Bíblicos el evangelio de Juan 6:51-54


Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este
pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la
vida del mundo.

Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste
darnos a comer su carne?
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del
Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Estos versículos pareciera enseñar canibalismo, pero podemos comprender claramente el significado al leer el pasaje completo en su contexto.
Antes de hacer tal declaración, Jesús dijo:
Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al
mundo.
Le dijeron: Señor, danos siempre este pan.
Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. (Juan 6:33-35)


Esta enseñanza concuerda con el resto de las escrituras.
La vida eterna se obtiene al creer en Jesucristo, no al comer su cuerpo.


Jesucristo aclara:


Juan 6:40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
¿Te das cuenta? Jesús una vez más indica que tenemos vida eterna al creer en él.
Cuando sus discípulos murmuraron al escuchar estas palabras, el Señor les explico:


Juan 6:63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
Jesús hizo esta declaración en sentido espiritual, no físico.
El estaba explicando que, espiritualmente, la vida se obtiene por fe en él, no comiendo su cuerpo.


¿Dónde aprueba Dios el canibalismo?


En ningún lugar de la Biblia.


¿Prohíbe Dios esta práctica?


“Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis” Génesis 9:24


“…Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que mora entre vosotros comerá sangre”. Levítico 17:12


Jamás Dios ordenaría a sus hijos que hicieran algo que él había prohibido.
Jesús no estaba dando a entender que comiéramos su cuerpo literalmente.


Sugerir esta idea Ana Méndez Ferrel es del todo ridículo.


Jesús estaba hablando en sentido espiritual de lo que pronto haría en la cruz.
Recuerda y Recuerden:


“…haced esto en memoria de mi” (1Corintios 11:24)


Lo mismo debemos decir acerca de la sangre de Cristo.


“1Co 11:25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí”.


La observación de la Santa Cena es una conmemoración de la obra de Cristo en el Calvario, no una nueva realización de ese hecho.
“…haced esto en memoria de mi” (Lucas 22:19)


Dado que la transubstanciación es otra tradición católica que no es apoyada por la Biblia, sino creación de hombres, lo que pretende Ana Méndez Ferrel en su libro: “Comed de mi Carne, Bebed de mi Sangre” es lo mismo, institución de hombres.


¿Por qué Ana Méndez Ferrel prefiere que comas a Cristo literalmente en lugar de poner tu fe en él?


¿Por qué al igual que la iglesia católica, Ana Méndez Ferrel deliberadamente separa un versículo bíblico o varios de su contexto y desarrolla una doctrina que la Biblia obviamente no enseña?


Solo puedo decirte que:


Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. (Mateo 24:24)

Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre
vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras,
y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción
repentina.

Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de
la verdad será blasfemado,
y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme. (2 Pedro 2:1-3)


Conociendo la verdad ¿Puedes conscientemente tomar parte de esta práctica?


Humildemente te pido Ana Méndez Ferrel que reconsideres esto y aquello que estas enseñando por todo el mundo y a dieciocho iglesias que supervisas según pude leer en tu pagina web.


Y Recuerda: “y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” Santiago 4:17


· Ana Méndez Ferrel te doy todo el “Derecho a Replica” que creas conveniente y haré todas las publicaciones que expongas.


Dios bendiga y guarde a su Remante.
Sergio Calero
Pastor


http://www.iglesiaelresplandor.com.ar/
Bibliografía: Comentario Bíblico de Matthew Henry y escritos del “Predicador” Ministerio el Remanente Inc.”. Biblia Reina Valera 1960 - Historia de la Civilización - Concilio de Trento - Enciclopedia de Religiones